CONTRA LA ENFERMEDAD RENAL AGUDA

“La deficiencia de esta proteína acota a la lesión renal aguda”.

J. Alberto Castro
Columnas
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Uno de los objetivos científicos de la doctora Norma Araceli Bobadilla Sandoval es encontrar una estrategia para disminuir los casos de pacientes con Enfermedad Renal Crónica (ERC), que es la pérdida progresiva de la función de los riñones. Experta en fisiología renal, explica que cuando se pierde la función renal por completo la única manera de que el paciente siga con vida es mediante terapias de reemplazo como la diálisis peritoneal o la hemodiálisis, o un trasplante.

Pionera en el estudio del papel fisiopatológico de la aldosterona, demostró que esta hormona esteroide es un mediador clave del daño renal inducido por procesos isquémicos (reducción del flujo sanguíneo).

Innovadora, descubrió una proteína de choque térmico 72 kDa que es un biomarcador altamente sensible para la detección temprana y oportuna de la Lesión Renal Aguda (LRA), conocido como el Hsp72, nuevo biomarcador usado bajo patente en México, Canadá, Japón, China, Francia, España, Suiza, Alemania, Reino Unido y Holanda.

En 2015 recibió el financiamiento por parte de FINNOVA para la elaboración de un dispositivo médico para el diagnóstico eficiente y rápido de la lesión renal aguda en humanos. Actualmente cuenta ya con el dispositivo y está determinando su valor predictivo positivo y negativo.

Recientemente identificó otra proteína, la serpina A3, que es un biomarcador temprano para la ERC presente en la orina de animales y pacientes con daño renal, esta sustancia del organismo permite detectar en forma temprana la transición de la LRA a ERC e igualmente a los pacientes con nefropatía lúpica.

En su cruzada contra la ERC efectuó un estudio clínico para evaluar la potencialidad de los biomarcadores identificados por ella para distinguir a los pacientes con mayor daño renal asociado a Covid-19.

Luego de dos décadas de estudiar los mecanismos por los cuales un episodio de lesión renal aguda puede ocasionar estrago funcional y estructural a largo plazo, en los últimos años ha estado interesada en estudiar específicamente la LRA que ocurre principalmente en los pacientes hospitalizados que llegan a las unidades de terapia intensiva en un porcentaje muy alto, entre 40 y 60 por ciento.

Conocedora profunda de esta enfermedad, apunta las diferentes causas: “Se da frecuentemente entre los mexicanos afectados por hipertensión, diabetes y sobrepeso. Y se desencadena por septicemia (infección generalizada del organismo), cirugías cardiovasculares (porque hay una pérdida de sangre) o por un traumatismo donde también se pierde gran cantidad de sangre. O por deshidratación debido a una diarrea muy severa. Igualmente, por medicamentos nefrotóxicos como los antiinflamatorios. De igual forma en los pacientes que reciben tratamiento oncológico con medicamentos nefrotóxicos. Y ciertos fármacos que reciben pacientes de trasplante de riñón”.

Desde hace muchos años la doctora Bobadilla tiene claro que en la mayoría de los casos la LRA se puede resolver de modo favorable en cuestión de días. Sin embargo, estudios epidemiólogos experimentales demuestran que esta afección, una vez superada, no es tan inocua porque de igual manera precipita el desarrollo de la ERC. Por eso es muy importante que se identifique y estudie con profundidad a los pacientes que tienen enfermedad renal aguda para evitar que transiten a un estadio más grave de este padecimiento.

Freno

Por eso su interés, desde la investigación básica, en encontrar elementos que apuntalen la calidad de vida del paciente afectado por la enfermedad renal aguda, así como el desarrollo de métodos de diagnóstico oportuno y de tratamientos para evitar en el futuro inmediato el padecimiento renal crónico.

Incansable, la doctora en Ciencias Fisiológicas ahora estudia una enzima llamada Sirtuina 7 (S7) y cómo su deficiencia o falta reduce la inflamación y las lesiones renales agudas en pacientes afectados por este mal considerado un creciente problema de salud pública.

En entrevista con Vértigo la titular del laboratorio de Nefrología del Instituto de Investigaciones Biomédicas comparte que la familia de las sirtuinas se relaciona con el cambio y transcripción de genes. “Se identificaron siete miembros que difieren en su estructura molecular y localización en la célula, de los cuales la menos estudiada es la S7. Precisamente de la S7 se sabe que tiene la capacidad de influir en el envejecimiento celular y puede tener efecto en procesos de hipoxia (falta de oxígeno)”.

Dice la científica que en su laboratorio se probó que la deficiencia o poca cantidad de S7 protege al organismo contra el daño renal producido por isquemia, exceso de albúmina en la orina, necrosis tubular aguda, elevación de citocinas proinflamatorias e infiltración de células inmunes, ya que estos factores conjugados aceleran el deterioro y la inflamación renal.

Para lograr este descubrimiento la doctora Bobadilla y su equipo emprendieron una original investigación y evaluaron en ratones knockout deficientes o sin expresión de sirtuinas qué pasaba frente a un episodio de enfermedad renal aguda. Como parte del experimento se incluyeron además animales silvestres con el fin de compararlos con los deficientes de S7. Los resultados experimentales muestran que los animales con escasos niveles de S7 son resistentes al daño renal inducido.

Además, la investigación de la UNAM arrojó más hallazgos igual de sorprendentes. Por ejemplo, se descubrió que los roedores con baja producción de S7 tenían menos daño renal. Es decir, presentaron una exigua inflamación y sus riñones pesaban menos, también se reveló una menor producción de citocinas proinflamatorias. Igualmente se evaluó y midió qué pasó con la infiltración de células inmunes al riñón. Y en efecto se vio que los animales silvestres sometidos a la lesión renal aguda tenían mayor infiltración de células y que esto no ocurrió en los animales que tenían deficiencia de S7. Esto habla de que la deficiencia de esta proteína acota la lesión renal aguda a través de evitar la inflamación renal y la producción de citocinas proinflamatorias.

Entusiasta por el avance de su investigación comparte la buena noticia de que actualmente se cuenta con un inhibidor para S7 que se ha probado in vitro y no tardarán en conocerse los estudios in vivo e incluso llegar hasta el paciente. Asegura que si se logra evitar la inflamación renal que se da durante un daño renal agudo, esto puede tener un impacto muy importante, ya que la lesión renal aguda puede llevar a lesión renal crónica.

Cimentada en su visión científica revela que inhibir la presencia de S7 en el organismo servirá no solo para contrarrestar la lesión renal aguda sino también para otras enfermedades renales donde se sabe que el proceso inflamatorio juega un papel importante.

Este hallazgo de la actividad de la enzima S7 y otros de la doctora Bobadilla en animales sirven de base para proyectos de investigación traslacional en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, que culminaron en ensayos clínicos en humanos en los que se buscó la utilidad clínica de ciertas sustancias para evitar el daño renal.

RECUADRO

Con ERC, 12.2% de mexicanos

La enfermedad renal crónica (ERC) sigue siendo un problema de salud pública que afecta a alrededor de 12.2% de los habitantes en México. De acuerdo con el INEGI la ERC ocupa el lugar número once en mortalidad de nuestro país y se asocia a personas con otras patologías, como diabetes mellitus e hipertensión y enfermedades del corazón.

A nivel global existen alrededor de 200 millones de personas que viven con enfermedad renal crónica. La mayoría de los casos de esta dolencia se diagnostica cuando las funciones renales se han deteriorado en 70 por ciento.