CUBREBOCAS ANTIMICROBIANO DESTRUYE EL SARS-COV-2

“Representa la certeza de que es antiviral y no hay ningún riesgo citotóxico”.

J. Alberto Castro
Columnas
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Justo después de que 239 científicos de 32 países alzaron la voz para advertir a la OMS en abril del 2020 sobre cómo los aerosoles cumplían un importante papel en el contagio del nuevo coronavirus se empezó a tomar en serio que el Covid-19 se impregna en el aire del mismo modo que la mayoría de los virus.

Diversos estudios, como el elaborado por la Universidad Nacional de Sun Yat-sen (Taiwán), demuestran que la transmisión por vía aérea es la principal y dominante para la mayoría de las enfermedades respiratorias, no solo para el Covid-19.

Los aerosoles respiratorios se forman cuando las personas respiran, hablan, cantan, gritan, tosen y estornudan. Estas partículas pueden ser de cinco a 100 μm (micrómetros), lo que les facilita permanecer suspendidas en el aire inamovible más de cinco segundos (desde una altura de 1.5 metros), viajar más allá de un metro de la persona infectada y ser inhalada.

Las diferentes olas de Covid-19 muestran que la transmisión aérea del SARS-CoV-2 creció y se hizo especialmente fuerte en los últimos meses. Frente a esta peligrosa exposición viral lo que hasta ahora funciona es el uso generalizado de mascarillas.

Frente a una realidad tan urgente resulta alentador que la UNAM presente un invento que llama poderosamente la atención: se trata de un cubrebocas contundente contra el Covid-19, antimicrobiano e incluso antifúngico.

Creado en el Instituto de Investigaciones Materiales, este dispositivo de protección se confeccionó con una nanocapa de plata y cobre que los investigadores aseguran que inactiva al SARS-CoV-2, además impide la filtración de partículas. La selección de los materiales no es aleatoria, dado que la plata y el cobre son efectivos en romper cadenas de virus encapsulados como el SARS-CoV-2.

El innovador cubrebocas de la UNAM se registró como SakCu. Sak en maya significa “plata” y Cu es la sigla del elemento del cobre, metales ambos biocidas.

De acuerdo con la información científica que difunde la Máxima Casa de Estudios, al usar una mezcla de plata-cobre formando una nanocapa de espesor entre 30 y 40 nanómetros se ofrece una doble protección contra virus y bacterias, además de que en colaboración con el Hospital Juárez de México el equipo de especialistas demostró que la nanocapa de plata y cobre inactiva al SARS-CoV-2.

Los investigadores universitarios valoraron distintos estudios, en especial el publicado en The New England Journal of Medicine, en el que se contrastó la permanencia del SARS-CoV-2 en superficies de distintos tipos. Y precisamente en cobre es donde el germen soporta menos tiempo sin comenzar a deteriorarse.

En pruebas experimentales efectuadas en el Hospital Juárez se colocaron gotas con el virus tomadas de pacientes positivos a Covid-19 sobre la película de plata-cobre depositada en polipropileno y se observó que, según la concentración viral, si era mucha el virus desaparecía en más de 80% en unas ocho horas y si la carga viral era baja en dos horas no se detectaba ya nada del ARN del virus. Se comprobó que al contacto con la nanocapa de plata-cobre la membrana del SARS-CoV-2 se rompe y se daña su ARN.

Con el mismo hospital se probó en una superficie de nanocapas de plata-cobre la viabilidad de un grupo de cinco bacterias de origen hospitalario, agrupadas en la sigla ESKAPE y que causan las infecciones nosocomiales. Casi todas ellas a partir de cuatro horas se eliminaron al 100 por ciento.

Protección contra Covid

En otra etapa de la investigación se logró la participación del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), que realizó pruebas de citotoxicidad a la superficie del polipropileno con depósito de plata-cobre con el objetivo de descartar cualquier riesgo para las personas que usaran el cubrebocas, particularmente por el contacto directo con la piel.

El INR midió el efecto de la nanocapa de plata-cobre en la viabilidad de células abundantes en la piel (fibroblastos y queratinocitos), y la respuesta de estas células fue la misma observada en cubrebocas comerciales.

Conforme a sus creadores la mascarilla SakCu tiene una eficiencia de filtrado de 50% para las partículas más pequeñas, tipo aerosol, y entre 80 y 90% para partículas de 2.5 micras. Aunque hablamos de un filtrado convencional hay que considerar su doble función, ya que si le caen gotas con virus o bacterias, en unas pocas horas serán inactivados.

El proceso de investigación también previó una serie de pruebas para asegurarse de que no hubiera desprendimiento de partículas de cobre y plata, lo que resulta especialmente importante dada la poca distancia entre el cubrebocas y la boca. La prueba consistió en que la tela sintética se expusiera a flujos de aire intensos por 24 horas. Se concluyó que no hubo ninguna liberación de plata o cobre.

Los expertos de la UNAM aseguran que tampoco hay mayor riesgo con la humedad. Porque al poner el cubrebocas en agua durante 24 horas la cantidad de plata y cobre liberada es mínima.

A diferencia de las mascarillas faciales comerciales Sakcu representa la certeza de que es antiviral y no hay ningún riesgo citotóxico; en su confección se usan telas naturales y reusables buscando abatir el problema del desecho continuo de mascarillas.

Dicen los inventores del nuevo cubrebocas que tiene capas externa e interna de algodón y una capa intermedia filtrante de polipropileno recubierta con SakCu, que se puede lavar hasta diez veces sin perder sus propiedades biocidas.

Así, aunque el SakCu se deseche de manera inadecuada no será un problema al no permanecer contaminado, como muchos de los cubrebocas que se tiran a la basura.

Otra ventaja es que al soportar diez lavados sin que se degrade la nanocapa y siendo reutilizable se reduce el impacto al medio ambiente que generan tantos cubrebocas desechables o de un solo uso.

El cubrebocas SakCu con triple capa ya se fabrica en una maquiladora y muy pronto estará disponible en las tiendas de la UNAM. Además, el equipo del IIM planea fabricar un cubrebocas tipo quirúrgico, que se podrá lavar tres a cinco veces. Su fabricación sería con sistemas de termosellado para abatir costos. La nanocapa de plata-cobre se depositará en poliéster, que sería la capa externa, y la interna sería “tipo SMS”, similar a la que trae un cubrebocas quirúrgico.

La posibilidad de producir de manera industrial la mascarilla SakCu se debe a la aportación de Carlos Ramos, técnico académico del IIM, quien diseñó un proceso de factura con el propósito de hacer de manera continua 20 metros de nanocapas de plata-cobre, material suficiente para producir al menos 200 cubrebocas al día.

Otra aplicación que puede tener la nanocapa SakCu, marca registrada de la UNAM, sería en los sistemas de filtrado de aire para edificios, más ahora en la que intrusos como el coronavirus constituyen una amenaza constante para los espacios cerrados. Un siguiente paso será estudiar qué otros virus respiratorios son vulnerables a la capa SakCu.

Se adelanta que SakCu, un cubrebocas que tiene ciencia y tecnología, cuenta con un diseño atractivo y funcional, además de una garantía de protección segura contra el coronavirus porque puede inactivar al SARS-CoV-2 e inhibir la proliferación de bacterias.

Garantía de seguridad

¿Pueden las mascarillas ayudar a hacer más lenta la transmisión del coronavirus (SARS-CoV-2) que causa el Covid-19? Así es. Sobre todo, sigue estos pasos para ponerte y quitarte el cubrebocas:

Lávate o desinfecta las manos antes y después de ponerte la mascarilla.

Cubre la boca, la nariz y el mentón con la mascarilla.

Átala detrás de la cabeza o detrás de las orejas. Asegúrate de que esté bien ajustada.

No toques la mascarilla cuando la tengas puesta.

Si la tocas accidentalmente, lávate las manos o límpialas con desinfectante.

Si la mascarilla se moja o se ensucia, cámbiala por otra limpia. Pon la mascarilla usada en una bolsita que cierre de forma hermética hasta que puedas deshacerte de ella o lavarla.

Quítate la mascarilla desatándola o levantando la parte que va alrededor de la oreja, sin tocar la parte delantera de la máscara ni la cara.

Lávate las manos inmediatamente después de quitarte la mascarilla.

Lava regularmente las mascarillas de tela en la lavadora o a mano (se pueden lavar junto con el resto de la ropa).