Preocupados por mantener el peso o no tener kilos de más expulsamos de nuestra vida el azúcar y consumimos la sucralosa, un hábito común en personas de todas las edades y de todas las clases sociales. Sin embargo, científicos del IPN y la UNAM descubrieron que es un edulcorante artificial el que causa alteraciones parecidas a las que se producen antes de la diabetes tipo 2.
Este edulcorante sin calorías está contenido en alrededor de cuatro mil productos light como bebidas y bases para bebidas, confituras y coberturas para pasteles, jugos de frutas procesados, gelatinas, flanes y rellenos, goma de mascar, grasas y aceites, helados de fruta y de agua, mermeladas y jaleas, postres lácteos congelados y mezclas para su preparación, productos horneados y mezclas para hornear, productos lácteos, salsas, coberturas y jarabes dulces, entre otros.
El doctor Galileo Escobedo, investigador de la Unidad de Medicina Experimental UNAM–Hospital General de México, encontró que el endulzante recomendado para los pacientes con diabetes —ya que mantiene el sabor dulce sin incrementar calorías ni picos glucémicos— produce un efecto adverso en personas sanas porque el consumo frecuente de sucralosa puede incrementar los niveles de glucosa e insulina en la sangre.
El ensayo clínico en humanos demostró que la sucralosa promueve dramáticamente el aumento de la bacteria Clostridium coccoides y la disminución de Lactobacillus acidophilus en la microbiota intestinal, cambios asociados con hiperinsulinemia, hiperglucemia, intolerancia a los carbohidratos y trastornos digestivos.
El revelador experimento clínico se realizó en dos grupos de hombres y mujeres. Durante diez semanas a un grupo se le dieron 48 miligramos diarios de sucralosa en el agua; y al otro, el grupo control, un placebo (solo agua).
Cabe recordar que la microbiota intestinal es el conjunto de miles de bacterias de distintas especies que viven en nuestro intestino y contribuyen a la salud o la enfermedad, un dato curioso es considerarla un órgano adicional, con un peso de alrededor de dos kilogramos en un adulto de 70 kilos.
Ahora bien, lo sustancial del estudio radica en que la sucralosa causa disbiosis intestinal, es decir, una alteración tremenda en el balance o proporción de las bacterias intestinales que tiene un individuo.
Para empezar, a la vez que aumenta la bacteria Clostridium coccoides, asociada “con picos de glucosa y de insulina en la sangre y una tendencia al desarrollo de diabetes tipo 2”, disminuye la población de Lactobacillus acidophilus (alimento probiótico), bacterias que son buenas para la salud metabólica y nos protegen del efecto nocivo de otros microorganismos. Durante la digestión también ayudan en la producción de niacina, ácido fólico y vitamina B6 (piridoxina).
Además, esta alteración en las bacterias de la microbiota se asocia con una tendencia a la inflamación intestinal y mayor recurrencia de trastornos digestivos.
De acuerdo con el investigador hoy se tiene la certeza científica de que la ingesta exagerada de sucralosa aumenta la tendencia a desarrollar alteraciones metabólicas que se presentan durante la diabetes. El consumo en demasía del edulcorante puede provocar picos glucémicos duraderos que lesionan nervios y vasos sanguíneos, lo cual se empieza a ver en sujetos que todavía no tienen diabetes, pero que van a desarrollarla en un lapso de cinco o diez años.
Trastornos
Igualmente, el equipo de Escobedo demostró que incluso con una cantidad moderada de sucralosa (hay quien consume más en galletas, jugo de naranja y endulzando su café) se ven efectos impresionantes sobre las bacterias intestinales: aniquila a unas y promueve a otras nocivas, asociadas a trastornos en la salud metabólica y digestiva.
Para el especialista el alto consumo de sucralosa en la población sin duda se asocia —entre otros factores como la obesidad y la vida sedentaria— al desarrollo de trastornos similares a la diabetes, como hiperinsulinemia, hiperglucemia e intolerancia a los carbohidratos.
Con diversos estudios centrados en modelos animales el investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Aldo Reséndiz-Albor confirmó que el consumo excesivo de sucralosa produce inflamación crónica y modifica la estructura del epitelio intestinal, lo cual puede alterar el equilibrio del microbiota y favorecer las infecciones.
El científico de la Escuela Superior de Medicina (ESM) explicó que las superficies mucosas son la principal ruta de entrada de los microorganismos. “Tenemos evidencias histológicas de que el incremento de infiltrado celular y mucosidad producida por el exceso de sucralosa vulnera la barrera natural entre el ambiente interno y externo del intestino, ya que se aumenta la permeabilidad del epitelio y ello facilita el ingreso de agentes infecciosos”.
Reséndiz-Albor, experto del Laboratorio de Inmunidad de Mucosas, emprendió estudios en los que administró a ratones el equivalente de la cantidad máxima de sucralosa permitida para el consumo diario en humanos. “En el agua de beber se les proveyó la dosis durante cinco horas al día por seis y doce semanas; después de ese tiempo observamos en el intestino de los animales inflamación crónica producida por el aumento de citocinas proinflamatorias, así como un incremento de Firmicutes (bacterias que aumentan el riesgo de diabetes y obesidad)”, asentó.
El especialista adscrito al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I destacó que la importancia de estudiar los edulcorantes, específicamente la sucralosa, se debe a que cada vez se usa más para elaborar productos que la población consume cotidianamente, como refrescos, jugos, galletas, cereales, leche saborizada, helados, aderezos y goma de mascar, entre otros bajos en calorías pero cuyo consumo desmedido afecta la salud.
Al respecto, el doctor en Biología Celular por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) precisó que cuando una persona padece enfermedades como colitis, enfermedad inflamatoria intestinal o estrés y consume alimentos con sucralosa puede alterar la homeóstasis (autorregulación del ambiente interno) del microbiota, lo cual favorece la colonización en el intestino y es posible que agrave esas afecciones o pueda generar problemas mayores, como cáncer.
Reséndiz-Albor señaló que dicho edulcorante también puede incrementar los problemas de salud de personas con diabetes mellitus tipo 2 que lo usan como sustituto de azúcar. “Para evitar repercusiones en la salud es importante que tanto las personas diabéticas como la población en general en lugar de consumir productos light o endulzar los alimentos con sucralosa ingieran en forma moderada frutas, sobre todo de temporada, las cuales contienen azúcar de manera natural”, compartió.
Finalmente, el doctor Velasco sugirió que los pacientes con diabetes que necesitan consumir el edulcorante por cuestiones de salud deben hacerlo bajo vigilancia médica. A las personas con un estilo de vida saludable y sobre todo a la población infantil se recomienda evitar consumir edulcorantes artificiales, tomar agua y endulzar los alimentos con pequeñas cantidades de azúcar.
No son inertes
Una investigación del doctor Eran Elinav, del Instituto de Ciencia Weizmann, sugiere que los edulcorantes alternativos al azúcar como la sacarina, la sucralosa, el aspartamo y la estevia no son inertes y pueden modificar la microbiota y afectar a la tolerancia a la glucosa en adultos sanos.
Los investigadores pusieron el foco en cuatro edulcorantes no nutritivos —esto es, sustancias endulzantes sin contenido calórico—, todos ellos conocidos e introducidos en la dieta humana. Querían comprobar si estos productos, que se han popularizado como alternativa al azúcar en plena batalla para combatir las epidemias de obesidad y diabetes, son o no inertes, si tienen algún efecto sobre el organismo. Y lo hicieron reclutando a 120 adultos sanos.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Cell, sugieren que los microbios intestinales y las moléculas que secretan se alteraron en los cuatro grupos consumidores de edulcorantes no nutritivos, cada uno a su manera. Esto significa que los edulcorantes analizados no son inertes para el microbioma humano, sino que conllevan reacciones.