INVENTAN MÁSCARA ORTOPÉDICA PARA CORREGIR MORDIDA CRUZADA

INNOVACIÓN E INGENIO

J. Alberto Castro
Columnas
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Hacinados en cajas de cartón, botellas de plástico o amarrados por muchas horas, incluso días, son las formas más recurrentes que utilizan los traficantes para transportar y vender por todo el mundo ejemplares de vida silvestre. Se trata, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), de un negocio que a nivel mundial representa ganancias de hasta 23 mil millones de dólares anuales.

“El tráfico ilegal de especies a nivel mundial es el segundo, luego del mercado ilegal de drogas, que genera más recursos. Otro punto relevante es que México se encuentra en la lista roja con aproximadamente 660 especies y está dentro de los tres primeros lugares a nivel global en cuanto a mayor número de tráfico de especies”, explica en entrevista Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM).

De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México (Profepa) entre 2019 y 2020 el número de especies aseguradas aumentó 660%. La Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional advirtió que este aumento se debe a la situación precaria que viven comunidades turísticas que están cerca de parques nacionales o zonas de refugio animal y que las orilla a cometer estos actos ilícitos para poder solventar sus necesidades.

Los especialistas indican que también se debe considerar que este fenómeno se acrecienta por los recortes de presupuesto, lo que provoca que haya menos inspectores y salvaguardas en la vida silvestre.

“Entre 2019 y 2020 aseguramos 24 mil 825 ejemplares. De estos, a 2019 corresponden alrededor de seis mil y casi 19 mil a 2020, año en que subió de esta manera porque se aseguraron más de 15 mil tortugas en mayo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Igualmente se realizó otro aseguramiento en Iztapalapa (en noviembre del mismo año) en el que se decomisaron cerca de 15 mil animales, incluyendo especies protegidas. Este derivó de un operativo conjunto a través de la Secretaría de Seguridad, concretamente de la Guardia Nacional, pero también participamos la Fiscalía General de la República y nosotros”, explica en entrevista Blanca Alicia Mendoza Vera, procuradora Federal de Protección al Ambiente.

Rehabilitar

Pero una vez confiscados, ¿a dónde y de qué forma se recuperan los animales que no lograron ser traficados?

Ernesto Zazueta, presidente de la AZCARM, explica que en un acto sin precedentes la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Dirección General de Vida Silvestre, firmó un convenio de colaboración con el Parque y Zoológico Metropolitano Ecoparc Colima para que este adquiera la figura de Centro para la Conservación e Investigación de Vida Silvestre (CIVS), con lo que por primera vez de manera oficial se reconoce que los zoológicos y acuarios de México son los únicos centros para preservar y rescatar a miles de animales silvestres de la extracción, tráfico y posesión ilegal, así como del maltrato, abandono e incluso de la desaparición de su hábitat.

“No todos los animales que nos llegan son aptos para reintegrarse a sus hábitat, ya sea porque muchos vienen lastimados o porque ya no pueden sobrevivir en el medio silvestre. Entonces los zoológicos y acuarios de la AZCARM nos hemos hecho cargo de estos animales. Lo que hacemos con este convenio es hacerlo oficial; es decir, oficialmente ya somos los únicos Centros de Investigación de Vida Silvestre (CIVS) en México”, indica Zazueta.

Los CIVS se crearon desde hace más de 30 años por la enorme necesidad que ya había de alojar a cientos de especies de vida silvestre decomisadas o entregadas por particulares para su rehabilitación, canalización o liberación a su lugar de origen, pero “desde el sexenio pasado comenzaron a desaparecer, por lo que los zoológicos y criaderos del país asumen esa función”, indica Zazueta.

Lamentablemente, añade, “desde hace varios años el tema medio ambiental y el rescate de fauna silvestre no es prioritario para nuestros gobiernos, ni siquiera porque somos el país con mayor número de especies en riesgo de extinción. De tal suerte que los CIVS acabaron por desaparecer. Y aunque los zoológicos del país llevamos años cumpliendo sus funciones esto no lo reconocían las autoridades. Y hoy estamos muy contentos porque Ecoparc Colima es el primer zoológico en convertirse formalmente en un CIVS para realizar labores de rehabilitación y rescate, pero de manera oficial y bien regularizada”, comenta.

Decomisos

Actualmente las más de 130 instituciones de la AZCARM —entre zoológicos, acuarios, criaderos y delfinarios— alojan alrededor de 15 mil ejemplares rescatados del tráfico o posesión ilegal o del abandono. “Durante la pandemia rescatamos ya más de 700 animales y muchos de ellos vienen de tráfico. Los casos más sobresalientes son como los de Iztapalapa. De los 16 mil animales apoyamos a las autoridades teniendo en custodia a un gran número de ellos. También tuvimos un caso muy importante en Tenosique, Tabasco, en un ingenio azucarero donde había más de 100 venados abandonados y fuimos por ellos”, indica.

No obstante, agrega que del 100% de ejemplares que les llegan solo 35% logra recuperarse del tráfico. “Por lo general vienen muy maltratados, deshidratados, a veces hasta mutilados. Los primeros días se pierde hasta 30% de ellos. Después, como se van acomodando las cosas, otro 20%. Al final logramos estabilizar solo a 30 o 35% del total de animales que nos llegan”, indica.

Zazueta sostiene que la rehabilitación y rescate de estos miles de ejemplares se ha hecho con recursos humanos y económicos de cada zoológico, acuario o delfinario de la Asociación. Y así se seguirá, puesto que el convenio establece que “la realización de las actividades de recepción, rehabilitación, protección, recuperación, reintroducción, canalización de ejemplares de vida silvestre y cualquier otra que contribuya a la conservación de ejemplares producto de rescate (…) se realizará con presupuesto de Ecoparc”, según el documento.

“El beneficio es una satisfacción más allá que un beneficio económico. Porque no hay ningún recurso (económico) de por medio, ni hay nada, es al revés: le metemos de nuestra bolsa. Es algo moral. Es decir, poder salvar a más animales, que no anden rodando o que no terminen muertos, es nuestra recompensa”, indica.

En este sentido el presidente de la AZCARM expone que la mejor forma en la que todos podemos contribuir con esta causa es “asistiendo a los zoológicos para apoyar; pueden apoyar con educación, evitar comprar fauna silvestre y no meterlos a una jaula en su casa. Los animales que nacieron libres deben seguir libres. Si alguien quiere tener una mascota hay lugares donde se la pueden proveer y que cuentan con permisos, ya que estos son animales criados bajo cuidado humano, como un pajarito o algo así. Pero comprar fauna silvestre no es recomendable porque todos esos animales, además de que sufren, ya no pueden reintegrarse a la vida silvestre”, finaliza.