La mejor manera actual de detectar el coronavirus implica tomar una muestra de mucosa introduciendo un hisopo en el fondo de la garganta y dentro de la nariz. El procedimiento, sin duda desagradable, solo dura unos segundos, pero la prueba se procesa en seis o siete horas, aunque hay lugares que reciben miles de ellas para procesar: a veces la respuesta tarda 72 horas. Esto es así incluso en laboratorios donde hay robots que examinan las muestras.
Si bien hay otros virus, bacterias y también células humanas en el hisopo que se talla contra la mucosa nasofaríngea y/o bucofaríngea de los presuntos infectados —muchos con síntomas claros y otros tal vez en recuperación—, la detección del nuevo coronavirus es lo prioritario, porque se requiere un resultado confiable: positivo o negativo.
Además de dar certeza a la persona sobre si está o no infectada de SARS-CoV-2 la puesta en práctica de la prueba busca de una manera rápida y confiable detectar en nuestro entorno a los sujetos infectados.
En México, sin embargo, no ha sido posible el acceso generalizado a esta prueba diagnóstica.
La doctora Susana López Charretón, investigadora en virología del Instituto de Biotecnología de la UNAM, dice a Vértigo: “En un mundo ideal, sin escasez de insumos y con pruebas diagnósticas accesibles, podría hacerse un tamiz de la población y saber cuánta gente se está enfermando. Pero la realidad es que las pruebas son caras, tienen un costo de 500 pesos por persona solo en insumos, y además hay escasez en México y a nivel mundial de hisopos, material para recoger pruebas e implementos de protección del personal sanitario: faltan cubrebocas N95, googles, guantes, batas y mascarillas profesionales...”
Experta en diagnósticos de Covid-19 a través de pruebas moleculares, opina que “desde el inicio de la pandemia íbamos en desventaja, puesto que nos rebasó la carencia de lo indispensable para proteger al personal de diagnóstico, que también está en grave riesgo al igual que los médicos, las enfermeras, los camilleros de los hospitales. Los profesionales que toman las pruebas deben efectuar cambios frecuentes de batas, guantes y mascarillas porque se tiene contacto con los infectados de Covid-19”.
Autorizado por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) para realizar pruebas diagnósticas de SARS-CoV-2, el grupo de la doctora López también se dedica a capacitar a otros laboratorios del ámbito académico en el desarrollo de esta prueba.
La investigadora juzga como impreciso “sostener como opción de gobierno el no hacer pruebas a la población indiscriminadamente”, puesto que la carestía de insumos y materiales para efectuar las pruebas lo hizo imposible. “No debemos culpar a nadie, simplemente la situación obligó a hacerle pruebas a las personas con síntomas para poder aislarlas. Se les pidió a las personas con síntomas muy claros someterse a la prueba para poder confirmar el diagnóstico y prevenir si se podían poner graves”.
Quedó al margen de la prueba “80% de las personas que cursa el Covid-19 con manifestaciones leves, es decir, un poco de fiebre, tos y malestar general. Estos pacientes no requieren de mayor cuidado, ya que mejoran en dos semanas bajándose la fiebre y confinados en casa”.
La previsión para México de la OMS de “sobrepasar los 90 mil muertos de Covid-19 en octubre” no le sorprende a la estudiosa del rotavirus: “Como están los números es previsible; estos han ido aumentando y no denotan ningún achatamiento de la curva; si vemos lo ocurrido en otros países vecinos parece que vamos por el mismo camino”.
Localizar brotes
Tras jugar un papel muy importante en los trabajos para encarar el brote de la pandemia de influenza AH1N1 en 2009, hoy López Charretón busca junto a sus colaboradores optimizar la prueba diagnóstica, para lo cual propuso al Indre que se utilice saliva en vez de hisopados, ya que es un fluido muy importante para analizar.
“Hemos probado distintos protocolos alternos y concluimos que la saliva puede funcionar muy bien para la detección temprana de Covid-19. Además el proceso es mucho más sencillo. En Morelos, ante la escasez de hisopos, estaban tomando solo una muestra por persona, como ahorro; sin embargo, esta ya no era tan buena”.
Apoyada por el sector salud de esa entidad la universitaria promovió hacer 250 muestras pareadas. “A una persona se le tomaba una hisopada y al mismo tiempo se le tomaba saliva, lo cual encontramos funciona excelentemente bien”.
Subraya la especialista que las glándulas salivales son el primer lugar del cuerpo que infecta el virus. Parece ser que las personas registran positivo en su saliva antes que en el resto de los ductos respiratorios.
Para la científica la gran ventaja de utilizar saliva es que es una autotoma, es decir, se le da al individuo un vaso, se le pide que escupa dos veces, tape el frasco, lo limpie y lo entregue. El encargado de la prueba no tiene que tocar al paciente.
“No se necesita equipo de protección y esta autotoma agiliza el procedimiento. Simplemente pensemos en lo que tarda la toma de nariz y garganta, un recurso delicado que toma tiempo, ya que van a meter un estilete al fondo de la nariz y la persona sin querer estornuda o tose. Es un medio peligroso para quien efectúa la prueba. La toma de saliva facilita las cosas. Por ello proponemos que se empiece a utilizar en el país”, comparte.
Exploradora de lo invisible, el reino de los microorganismos, habitado por virus y bacterias, López da a conocer que pronto se publicará en una revista especializada la validación de esta prueba diagnóstica en nuestra población. También aclara que en otros países se prevé esta posibilidad.
Precisamente la Universidad de Southampton lidera un proyecto de pruebas de saliva en la conocida ciudad portuaria en el sur de Reino Unido, donde más de diez mil médicos de cabecera y otros trabajadores de salud con sus familias entregaron muestras que se procesaron en los laboratorios gubernamentales de la Agencia de Salud de Animales y Plantas.
El éxito del ensayo masivo de test de saliva para coronavirus efectuado en Southampton abre la posibilidad de que toda la población en Inglaterra debería tener acceso semanal a las pruebas de saliva para mostrar al flagelo.
Por su parte, la fundadora de la Red Mexicana de Virología considera que la prueba de saliva para Covid-19 puede funcionar muy bien para detectar a las personas en los estados primarios de la infección y a los asintomáticos. Además podría ser la manera de monitorear la presencia del virus en comunidades, colonias, barrios, empresas y localizar los brotes antes de necesitar confinamientos.
RECUADRO
Pablo se queda en casa
La doctora Susana López Charretón desde 2009, con la epidemia de la influenza AH1N1, no solo ha destacado como viróloga sino también como una científica preocupada por comunicar de forma correcta el conocimiento. En aquel crucial momento ella fue parte del equipo de la UNAM encargado de una campaña de comunicación donde se ponderó la información verídica como un dique contra el miedo.
A ella le quedó muy claro que son escasos los virólogos en México. Por lo tanto, se necesitaba hacer algo más organizado, colegiado. De ahí el surgimiento de la Sociedad Mexicana de Virología.
Hoy, en 2020, es una de las autoras del libro infantil Pablo se queda en casa, enfocado a comprender por qué de pronto la vida nos cambió y para convivir en el confinamiento con los más pequeños del hogar.
El volumen{ pensado para todo aquel que tenga la necesidad de entender la nueva realidad en la que estamos inmersos (coronavirus), se puede descargar gratuitamente desde el sitio www.smvirologia.org, donde también se puede obtener en diferentes idiomas.
De Pablo se queda en casa la investigadora de Biotecnología de la UNAM, dice:
“Todos necesitamos ver a nuestros amigos, a nuestras familias, pero creo que es importante comprender por qué debemos solidarizarnos con todas las personas que están en riesgo. Tener esta información ayuda a los niños a saber cómo pueden colaborar”.