TRIUNFAN EN CERTAMEN MUNDIAL CON INNOVADORA AERONAVE

“El reto fue presentar una misión con el objetivo de colonizar Marte”.

J. Alberto Castro
Columnas
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Jóvenes innovadores sueñan con participar en el más alto nivel de la industria aeronáutica y aeroespacial. Su sed de conocimiento y superación lleva a integrantes de UNAM Aero Design, unos 80 jóvenes de seis facultades y doce distintas carreras, a superar pruebas de diseño, planeación de prototipos, así como la manufactura de una nave no tripulada capaz de volar 30 minutos y desplegar planeadores en su trayecto, con el propósito de competir con equipos de otros países.

Estos futuros ingenieros, diseñadores industriales, matemáticos, físicos y administradores mexicanos lograron la hazaña de subir —por primera vez para un representativo de la UNAM— al podio del SAE Aero Design Internacional al obtener el segundo lugar del concurso realizado en Florida, Estados Unidos.

Ganaron con una nave de tres metros de amplitud (de la punta de un ala a la otra) que, por supuesto, requirió de una planeación precisa para control de vuelo, ingeniería eléctrica, muchas matemáticas, física, cálculos y pruebas para cumplir con los desafíos propuestos por el famoso certamen global.

La competencia no fue un paseo por el campo: el reto fue presentar una misión con el objetivo de colonizar Marte y además exigía el cumplimiento de varias condiciones que debían desempeñarse al pie de la letra.

Igualmente, en la competición participaron 24 representativos de instituciones de Estados Unidos, Polonia, Egipto, Canadá y México, entre otros países.

El ganador de la competencia fue el equipo Nimbuzz 2000, del Georgia Institute of Technology, EU.

SAE Aero Design Internacional es una asociación mundial que reúne a más de 128 mil ingenieros y expertos técnicos relacionados con las industrias aeroespacial, automotriz y de vehículos comerciales, que fomentan el aprendizaje y desarrollo de estándares de calidad. Desde hace muchos años promueven certámenes que atraen a universitarios de todo el mundo que incursionan en el diseño y la ingeniería aeronáutica.

Contactado por Vértigo, Brandon Ulises Pérez, presidente de UNAM Aero Design, comparte la alegría del grupo interdisciplinario que acometió con éxito la competencia: “Fue un gran honor representar a la Máxima Casa de Estudios y a México. Nuestro país ha tenido en los últimos años un notable crecimiento en cuanto al sector aeroespacial y queremos ser parte de ese proceso. A pesar de la pandemia logramos concretar el avión que resultó idóneo para la presentación y la superación de la compleja operación, que debía efectuarse sin ningún tropiezo o contratiempo”.

A punto de convertirse en ingeniero en Mecatrónica, recuerda que UNAM Aero Design se creó hace seis años, cuando todavía no existía la carrera de Ingeniería Aeroespacial. Sin embargo, en la comunidad universitaria había interés por participar en un proyecto de construcción de aviones no tripulados capaces de solucionar problemas en la sociedad.

También surgió el deseo de poner a prueba los prototipos en las competencias diseñadas por SAE AeroDesign representando a la UNAM.

De acuerdo con el joven universitario en UNAM Aero Design participan alrededor de 80 integrantes, todos ellos de distintas facultades y disciplinas. Se trata de un grupo interdisciplinario que incluye a participantes de ingenierías, diseño industrial, administración, ciencias, matemáticas y física, entre otras.

La idea es muy sencilla: conglomerar conocimientos y aprovechar las múltiples disciplinas enfocadas a un objetivo en común, que son estas aeronaves controladas por radio del sector aeroespacial.

Generar nueva tecnología

Establecido su laboratorio de diseño y manufactura en un anexo de la Facultad de Ingeniería, lo que interesa a cada uno de los miembros de UNAM Aero Design es compartir conocimientos, mostrar habilidades y aplicarlas en la proyección, la electrónica y la ingeniería de las aeronaves.

“A muchos de nosotros nos apasiona la industria aeroespacial, por lo que esperamos que nuestras habilidades y conocimientos adquiridos nos abran las puertas a una actividad profesional e innovadora en una empresa aeronáutica”, afirma Pérez.

Convencido de la eficacia del trabajo colaborativo, los miembros del colectivo universitario tuvieron un año para preparar y planear la presentación de su proyecto. Según sus testimonios la parte más difícil fue el diseño de la aeronave, porque SAE Aero Design requiere que los equipos construyan un avión dentro de parámetros específicos que se actualizan anualmente en su sitio web.

Sin duda fue el proceso más complicado porque se deben hacer cálculos y predicciones matemáticas y físicas.

Otro aspecto relevante es la elaboración de un informe sobre las características del equipo, las instrucciones de vuelo, la capacidad de carga, el área donde se realizará la práctica, el tipo de carga que lleva y su liberación, que en este caso fueron botellas o algún otro objeto que la nave debe soltar en un sitio determinado. Además del tipo de planeadores que (según las reglas del concurso) deben ir sujetos a la nave principal.

Apunta Pérez que el núcleo dirigente de SAE Aero Design planteó el tema de la colonización de Marte. El reto fue que se hiciera a través de las aeronaves. Por ello diseñaron una nave nodriza que llevó tres tipos de carga: botellas de agua, víveres y un balón.

La idea fue que la nave principal transportara aviones-planeadores más pequeños con piloto automático, sin sistema de propulsión, autónomos. Estos transportan a los colonos. Todos estos elementos aterrizaron en un punto designado por los organizadores. Todo tiene que ser coordinado: descenso de colonos, llegada de agua, víveres, aparatos y módulos para construir espacios donde vivir.

A lo largo de la prueba los universitarios monitorearon con herramientas de telemetría el vuelo y la operación del avión, la altura, la velocidad y la posición. Luego presentaron el reporte técnico que engloba el proceso de diseño, análisis y cálculo que evalúan los jueces.

Para este innovador la experiencia fue sin igual porque se aprenden con intensidad rápidas lecciones sobre liderazgo, delegación y distribución de tareas y la importancia del trabajo en equipo, así como de modelado de software, aplicación de electrónica y mecatrónica y, por supuesto, de ingeniería aeronáutica.

También relata que debido a la pandemia no pudieron participar de forma presencial en la premiación; lo hicieron a distancia y siguieron por YouTube la ceremonia; ahora solo esperan recibir los reconocimientos y medallas obtenidos.

Con su triunfo los universitarios fueron invitados a participar en la SAE Aero Design Brasil, considerada la mayor competencia en las categorías avanzadas de la organización, después de la de Estados Unidos. Adelantan que el tema fijado por los organizadores es el de aeronaves que apagan grandes incendios forestales como los ocurridos en California, EU.

Entretanto Pérez y sus compañeros estiman que UNAM Aero Design contribuye al desarrollo tecnológico integral de futuros profesionistas en múltiples áreas del conocimiento para abrir camino a la innovación generando nueva tecnología en el campo aeronáutico mexicano.

Industria aeroespacial mexicana

México se consolidó en 2019 como uno de los principales productores de equipos para la industria aeroespacial, con una producción anual de tres mil 446 millones de dólares.

El sector crece a una tasa media anual de 14 % desde 2004, lo que posicionó a México como el décimo séptimo proveedor mundial en 2019.

A pesar del gran impacto de la crisis por el Covid-19 en el sector, se prevé un crecimiento de 8% en 2021 con alrededor de siete mil 100 millones de dólares de exportación.

Fuente: FEMIA