(Des) Equilibrios geopolíticos

El renacimiento de la rivalidad regional y hegemónica entre Estados Unidos y Rusia cobra peligrosos elementos discursivos y disuasivos.

Siria
Foto: AP
Columnas
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Mientras en México nos encontramos, como es de costumbre, ensimismados en nuestra agenda inmediata y coyuntural (la legalización o no de la marihuana, la visita del Papa, la discusión del presupuesto de 2016, la Línea 12 del Metro, matanzas en Guerrero y un largo-complejo etcétera), en varias partes del mundo se dan procesos que además del entorno diseñan las tendencias para las siguientes décadas.

El incontenible renacimiento, en una segunda fase, de la rivalidad regional y hegemónica entre Estados Unidos y Rusia cobra peligrosos elementos discursivos y disuasivos.

Por una parte, las tensiones en la guerra no declarada entre ese país y Ucrania han ido escalando conforme se prolonga cronológicamente y se amplía en la geografía.

También la implicación de la Fuerza Aérea Rusa en el conflicto sirio ha traído lo que parece ser una primera y dramática consecuencia con el derribo, mediante una bomba colocada en el equipaje por parte de personal de tierra, de un avión de pasajeros ruso con 224 personas a bordo, que regresaba del complejo turístico egipcio de Sharm el-Sheij, destino muy popular en Europa. Tan es así, que el gobierno de David Cameron ha debido gestionar en medio de la crisis y el temor el regreso intempestivo de casi 20 mil turistas ingleses que allá vacacionaban.

Pero lo que más preocupa y llama la atención es el contenido de una ponencia pronunciada en la junta con integrantes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el pasado día 10, por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dada a conocer por diversos medios de comunicación.

En esa oportunidad, Putin señaló que sigue el desarrollo de un sistema de misiles de carácter defensivo pero, y eso es lo novedoso, que también se realiza el despliegue de un sistema de misiles de carácter ofensivo. Eso, subrayó el líder ruso, como elemental garantía ante el posicionamiento de bases misilísticas de Estados Unidos en países de Europa del Este como Polonia, Lituania, Estonia, Letonia y la República Checa.

Lo anterior sin dejar de lado el anuncio de maniobras de la Organización del Tratado Atlántico Norte en la primavera de 2016 en suelo polaco, con claros fines disuasivos dirigidos a Rusia.

Barreras

Desde nuestro país es importante tomar en consideración estos aspectos, puesto que la escalada de tensiones diplomáticas y militares va seguida o antecedida de afectaciones al mercado internacional: siempre son un recurso de presión.

Alimentos, petróleo, turismo y también consecuencias sobre los mercados bursátiles y financieros, terminan por afectar a economías dinámicas como la de México.

De allí que sea muy relevante tomar en consideración, siempre y de forma permanente, las peculiaridades geopolíticas de nuestro país antes de sumarnos a tal o cual condena o apoyo en el contexto internacional.

Es el caso, regresando a los intensos escenarios internacionales, de la crisis migratoria y de los refugiados en Europa procedentes de Siria, Afganistán, Irak, Somalia, Eritrea y Libia, entre otros.

Y en ese contexto, el pasado día 11 el gobierno de Eslovenia inició la construcción de barreras fronterizas en sus límites con Croacia (aunque este último país no forma parte de la Unión Europea sí es candidato formal a ingresar), que contravienen una de las principales y simbólicas conquistas morales de la UE: el libre tránsito de los ciudadanos de sus países integrantes. La participación-presión rusa en la guerra de Siria, de forma directa, precipita la migración que no va hacia Rusia, sino hacia Europa.

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