EL ADIESTRAMIENTO MILITAR

El militar mexicano se encuentra preparado para defender la independencia, la soberanía y la libertad.

Javier Oliva Posada
Columnas
Foto: Especial
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Parte esencial de las Fuerzas Armadas de México y del mundo es la forma en que el integrante de estas asume con responsabilidad, lealtad y patriotismo la eficacia con la que se desempeña al momento de entrar en acción, bajo cualquier circunstancia (combate, apoyo a la población en situaciones de desastre, entre muchas otras). En estricto apego a las leyes militares que regulan la profesión, así como a la doctrina prevaleciente, los militares demuestran/expresan sus verdaderas capacidades como consecuencia directa del adiestramiento.

Las misiones de las Fuerzas Armadas de México derivan de manera directa de la Constitución. Van en concordancia a las características físicas del territorio nacional, así como en consonancia con las demandas de la población.

De allí la sustancial relevancia de la jurisdicción militar que he tratado en anteriores colaboraciones, puesto que en efecto el intrínseco vínculo entre fuero de guerra (legislación militar) y adiestramiento son la expresión directa de la doctrina, ya que es el adiestramiento —donde valores como abnegación, vocación de servicio, lealtad, institucionalidad, disciplina, espíritu de cuerpo, honor, honradez, todos ellos sostenidos o teniendo como base el patriotismo— lo que convierte al Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina-Armada de México en auténticos baluartes de la nación, la democracia y la sociedad.

El militar mexicano se encuentra, en el escenario de la guerra, preparado para la defensa de la independencia, la soberanía y la libertad de la nación. Derivado de esas fundamentales misiones los compromisos de las Fuerzas Armadas con las instituciones y la sociedad implican a su vez la responsabilidad para garantizar la seguridad interior, tal como señalan la Constitución y las respectivas leyes orgánicas de Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México.

Profesionalismo

Como se puede entender, derivado del precario ambiente en la conservación de la seguridad pública, tanto la autoridad civil como la población solicitan la constante participación de las Fuerzas Armadas.

El respeto a los derechos humanos como consecuencia directa de ese adiestramiento en labores de seguridad interior y de seguridad pública implica una importante adecuación también en el aspecto de la doctrina militar mexicana. No hay jerarquía, proceso de ascenso, promoción ni curso de preparación en todo el sistema educativo y doctrinario militar donde no se estudie y ponga en práctica la forma de conjuntar la actividad militar con el pleno respeto a las garantías individuales.

No hay duda: sea desde la perspectiva sociológica o bien desde el punto de vista institucional hay una plena identificación entre sociedad y militares.

Por último, pero también muy relevante, hay que anotar que el adiestramiento forma parte fundamental del desarrollo profesional del militar. Con base en experiencia y procesos de aprendizaje, así como ante una realidad desafiante y versátil, se exige por parte de la mujer y el hombre profesional de las armas una auténtica vocación por el servicio a la nación. Las características del adiestramiento varían de acuerdo a las condiciones objetivas de cada caso, como es la geografía, la historia, los recursos naturales, la ubicación del país en cuestión, entre otras.

Las Fuerzas Armadas de México han dado, dan y seguirán dando muestra de un compromiso con las instituciones y con la sociedad fuera de toda duda, que es objeto de reconocimiento en el exterior y, sin duda, de amplia confianza hacia el interior.