Pese al grave panorama y la difícil situación que hemos vivido desde el comienzo de la epidemia en México y en el mundo observamos la imperiosa necesidad de procesar los retos naturales que implican los cambios. Sea por adaptación o por sobrevivencia las sociedades demuestran cómo deben visualizar los siguientes pasos. Por ejemplo a partir del 20 de enero hay un nuevo gobierno en Estados Unidos, pronto se formalizará la salida de Reino Unido de la Unión Europea y en México tendremos las elecciones más numerosas en cuanto a padrón electoral y cargos en disputa en toda la historia del país.
La situación de la epidemia y sus perniciosos efectos en algún momento —es de esperar— van a disminuir su intensidad, presión y daños. Por supuesto que la vacuna y los autocuidados de las personas serán un factor clave, pero no por ello distante de lo que cada gobierno pueda hacer de manera contundente. Es decir, que en la misma proporción de la manera en que se han preparado las autoridades en cada país, así será, no hay duda, la respuesta social a las diversas convocatorias, sean electorales, de solidaridad o acatamiento de medidas específicas.
Ya vemos la catástrofe de la mala gestión de la epidemia en Reino Unido respecto de la aplicación de medidas de confinamiento más estrictas, a pesar de las extrañas resistencias del primer ministro Boris Johnson.
Nosotros tendremos elecciones el 6 de junio. En verdad, seis meses no son mucho. Sobre todo si para marzo habremos cumplido un año natural de estar lidiando con la epidemia. La cuestión, e incluso la incógnita, es: ¿cómo reaccionará en las urnas la sociedad?, ¿atenderá la situación en específico, es decir, local o a nivel nacional?
Es un lugar común, pero cierto, que los comicios de medio término, a la mitad del sexenio, son un termómetro para evaluar la aceptación, rechazo o indiferencia a propósito de la gestión en turno. En este caso la presidencia de Andrés Manuel López Obrador procesará un trienio más que complejo y difícil.
Predicamento
De allí que 2021 sea a la vez un desafío y una oportunidad para nuestro país. Es indispensable señalar que nunca en el México contemporáneo habíamos enfrentado una situación similar. Por supuesto que cada generación enfrenta sus desafíos y problemas que son únicos, pero no de la profundidad estructural como los que vivimos a consecuencia de la epidemia. Por eso los partidos políticos, incluyendo el oficialista Morena, se encuentran en un verdadero predicamento en cuanto a sus capacidades para atraer a cada votante a su favor.
Dada la relevancia de la cita el 6 de junio es sustancial observar que se renovará en las elecciones la élite política del país. Todos los estados de la República, a excepción de Coahuila e Hidalgo, tienen comicios concurrentes a los federales, además de 15 gubernaturas en juego. La participación de candidatos de los diversos partidos políticos traerá una renovación en el debate, propuestas y sobre todo estilos de gobernar. Desde el municipio a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión se abren los espacios para colocar planteamientos específicos. Aun y con el dramatismo de los efectos de la epidemia no podemos dejar de lado el proceso natural de nuestro país.
Feliz 2021, incluso en estas circunstancias. Que nuestros entornos familiares, comunitarios, amistosos y profesionales se guarden de la epidemia para mejor participar. Con sinceridad, felicidades al gran proyecto de la revista Vértigo.