ALGUNAS DE LAS MUCHAS TAREAS DE LA GUARDIA NACIONAL

La Guardia Nacional en este primer año ha hecho un debut más que destacado.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Continuando con el tema de la entrega anterior a propósito del primer aniversario de la nueva institución de seguridad pública, el próximo martes 30 de este mes, en esta ocasión abordo de manera resumida y de acuerdo con la Ley de la Guardia Nacional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de mayo de 2019 algunas de sus tareas, sin dejar de lado las responsabilidades que le han sido asignadas de manera emergente, como el control y contención de la migración forzada procedente de Centroamérica, así como el apoyo a la vigilancia y resguardo de personal médico e insumos sanitarios en los hospitales Covid-19.

La ley es reglamentaria del artículo 21 de la Constitución en lo que se refiere al sentido, misiones, estructura y organización de la Guardia Nacional.

Los primeros artículos, sus tareas, si bien inician a partir del cumplimiento de la norma para mantener y/o recuperar la seguridad pública a partir de los programas y políticas al respecto, también es un mandato que en determinados casos deberá coordinarse con las autoridades civiles municipales y estatales que así lo reclamen o requieran.

Una de las partes fundamentales de la ley es el capítulo III, Atribuciones y obligaciones de la Guardia Nacional, artículo 9, que inicia su redacción así: “La Guardia Nacional tendrá las atribuciones y obligaciones siguientes:…” y a partir de allí se desprende una larga lista que abarca seis incisos y 44 numerales. Con estos datos podemos darnos una idea de la enorme cobertura y tareas asignadas por ley a dicha institución, eje y columna vertebral de la seguridad pública en todo el país.

En función del espacio y para no aburrir con la mera trascripción de la enorme lista destacaré aquellas que mayor exigencia han demandado en estos casi doce meses de entrada en funciones. Lo primero que se le asigna a la Guardia Nacional es “salvaguardar la integridad de las personas y de su patrimonio; garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz social, así como prevenir la comisión de delitos…” Como se lee, en la amplitud de este enunciado puede incluirse cualquier intento de acto delictivo, en cualquier parte del país, bajo cualquier circunstancia y cualquiera que sea la naturaleza del mismo.

Variables

Del resguardo en seguridad pública en las zonas fronterizas y la tierra firme de los litorales a la investigación para evitar la comisión de delitos, pasando por la colaboración y apoyo a policías de otros países (numeral XLII), la Guardia Nacional en este primer año ha hecho un debut más que destacado, sumado al muy complejo proceso de diseño, instrumentación, administración, capacitación, despliegue y articulación de sus integrantes.

Por otra parte, las críticas —como es de esperar ante una decisión de estas dimensiones y ante la situación que prevalece en varias partes del país— se han dirigido a la exigencia de resultados visibles, inmediatos y, por tanto, contundentes. Sin duda que los hay.

Basta con revisar datos como la construcción de los cuarteles avanzados, la coordinación con autoridades de seguridad pública locales, además de la fundamental participación de elementos de las Fuerzas Armadas en tareas de apoyo a la misma Guardia Nacional.

Insisto en señalar que otras variables cruciales deben concurrir en este esfuerzo para alcanzar el objetivo para preservar y, en su caso, restablecer la seguridad pública: la transformación de los sistemas penitenciarios locales y federales; la decidida concurrencia del Poder Judicial de la Federación; así como una auténtica y evidente creación y/o fortalecimiento de las policías municipales y estatales son algunas de ellas.