LA NUEVA CRISIS MIGRATORIA EN MÉXICO

“Deben incrementarse los programas sociales e inversiones”.

Javier Oliva Posada
Columnas
CRISIS MIGRATORIA  MÉXICO

A lo largo de la semana pasada, en particular los últimos días de octubre, se generó una situación violenta, grave y muy poco frecuente: personal de la Patrulla Fronteriza desplegado en El Paso, Texas, repelió desde territorio estadunidense con balas de goma las agresiones con piedras arrojadas desde Ciudad Juárez, Chihuahua, por algunas decenas —aunque había cientos— de migrantes procedentes de Venezuela que desplegando una enorme bandera de su país, como dan cuenta las imágenes, lanzaron en gritos e insultos antes de las pedradas.

Los testimonios de las heridas que sufrieron varios manifestantes puso de relieve, por si hacía falta, la gravedad de las crecientes tensiones en la franja fronteriza entre ambos países, además —por supuesto— de las muy difíciles condiciones de los que según el Instituto Nacional de Migración (INM) son poco más de 25 mil venezolanos que desde México pretenden ingresar a Estados Unidos.

Si bien las autoridades de nuestro país intentan regular y, en un momento dado, contener esa y otras caravanas de migrantes lo cierto es que es muy difícil, además de peligroso, tanto para los integrantes de las caravanas como para las comunidades que son ruta de paso de los migrantes.

Desde la perspectiva de la Patrulla Fronteriza lo que califica como acción defensiva ameritó, como no lo había hecho desde que comenzaron la caravanas, recurrir a medidas disuasivas físicas con el fin de desalentar cualquier intento de ingreso violento y por lo tanto ilegal a su país.

Del otro lado de la frontera los testimonios de las condiciones de vida, así como los requisitos que imponen las autoridades migratorias estadunidense, generan desánimo y, sobre todo, protestas con algunas expresiones de violencia en nuestro país por lo que se considera un trato injusto e inhumano.

Riesgo

Los puntos de cruce fronterizos en el mundo son naturales escenarios de tensiones y comisión de delitos, que van de simple contrabando a trata de personas, tráfico de drogas, armas, personas y dinero, entre otros.

Sin embargo, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2021 de nuevo fue la trata de personas el delito más lucrativo.

Como se apuntó en la entrega anterior, esas migraciones forzadas son una de las características inherentes a las condiciones geopolíticas de México. Su prevención como fuente de tensiones con el gobierno de Estados Unidos y las autoridades de los estados limítrofes con nuestro país también enfrenta un complicado debate político con fines electorales, como sucede con la pretendida reelección del gobernador de Texas y las elecciones de medio término en noviembre próximo que definirán la composición del Congreso.

Sin embargo, la situación vivida en El Paso-Ciudad Juárez corre el serio riesgo de incrementar escenarios violentos de ambas partes (migrantes forzados y autoridades de seguridad de Estados Unidos), que en mal momento pueden desencadenar mayores y más intensas expresiones de violencia, donde todas las partes saldrán perdiendo, incluyendo la sociedad y autoridades de nuestro país.

Además de los protocolarios acuerdos y convenios que con frecuencia se dan, deben incrementarse los programas sociales e inversiones en los países expulsores, además de procurar programas de seguridad pública con metas y procedimientos compartidos entre México, Estados Unidos y los países centroamericanos.