LAS ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS

Gane o pierda Trump las relaciones México-Estados Unidos entrarán a una nueva etapa.

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Javier Oliva Posada
Columnas
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Conforme van pasando los años las relaciones entre los gobiernos, sociedades, empresas, organismos multilaterales, entre otros actores, se vuelven complejas, interdependientes y, sobre todo, con influencia recíproca en lo que suceda en un caso en particular. Tal es el proceso político que se vive en Estados Unidos y la lucha por la Presidencia.

Ya están las duplas listas. Ahora vendrá el desarrollo de la campaña, marcada sin duda alguna por las extrañas y excepcionales condiciones de la epidemia.

De acuerdo con los datos y conteos de prestigiosas universidades de ese país —como la John Hopkins— en números absolutos de los contagiados, recuperados y fallecidos Estados Unidos lleva la peor parte.

Hay estados, como California, que tuvieron que dar marcha atrás en las medidas de desconfinamiento. Incluso se canceló la convención del Partido Republicano a realizarse en Florida, donde se designaría a Donald Trump como aspirante a un segundo mandato. Pese a que sea una obviedad, el desarrollo de la epidemia sigue teniendo efectos profundos y decisivos en el planeta.

Para México los procesos políticos y electorales en aquel país son importantes. Y cada vez más. No porque el destino de nuestro país esté en juego o porque lo que el electorado estadunidense decida tendrá una fundamental consecuencia para las dinámicas sociales de ambas naciones, pero sí observamos en esta ocasión que el “tema México” no tardará en concitar agrios debates en los medios de comunicación y los equipos que buscan llegar a la Casa Blanca. El problema es que en nuestro país leemos con equívocos lo que al respecto se dice o señala.

Me refiero a que México —como arena de debate— es un asunto que permite desvelar y poner en claro determinadas propuestas que van de la migración al comercio, la seguridad, la cooperación, entre otros amplios y complejos campos. Será muy trascendente observar las reacciones de distintos actores en nuestro país ante los predecibles ataques y descalificaciones procedentes (como ya lo son) del bando republicano.

Indicios

Mucho se especula sobre los posibles efectos en la relación bilateral a consecuencia de la reciente visita del presidente López Obrador a Washington. Aún es prematuro adelantar alguna situación ya que lo relevante será la forma en que los contactos se establezcan entre el equipo entrante y el gobierno mexicano.

Con la incorporación de la senadora por California, Kamala Harris, a la fórmula demócrata con Jon Biden, propiamente las campañas han empezado. Es importante considerar que la hoy candidata a la vicepresidencia representa a un estado que cuenta con la población de origen mexicano más numerosa en ese país. Con este importante dato puede estructurarse desde ahora una estrategia o plan para que después de los comicios, en caso de un probable triunfo del Partido Demócrata, el gobierno del presidente López Obrador inicie de inmediato los contactos.

Faltan poco menos de 80 días. Así que hay tiempo suficiente para procesar, cualquiera que vaya a ser, el resultado. Es mejor estar preparados para cualquiera de los dos escenarios. Gane o pierda Trump las relaciones México-Estados Unidos entrarán a una nueva etapa. La diplomacia de nuestro país deberá estar muy atenta a lo que se diga o no de México, porque son indicios de lo que podemos esperar. Todas las encuestas de medios y empresas serias dan ganador a Joe Biden, pero aunque influyen en el ánimo del elector no son los comicios por adelantado.

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