MÁS CONSECUENCIAS DEL RACISMO EN ESTADOS UNIDOS

Hasta ahora el presidente de EU muestra poca empatía con los acontecimientos.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Continuando con el tema de la anterior entrega respecto de la situación en las relaciones civiles-militares, a propósito de la desaprobación de funcionarios, militares y militares en situación de retiro a la propuesta del presidente de Estados Unidos para utilizar a las Fuerzas Armadas en la contención de las manifestaciones en muchas ciudades, la polémica en torno de la brutalidad asesina de las policías contra la población negra va subiendo de tono. Y más en medio de la competencia electoral por la jefatura de la Casa Blanca.

Por ejemplo, el Departamento de Defensa propuso al mandatario norteamericano el cambio de nombres de algunas bases militares, pues corresponden a generales del bando confederado de la Guerra Civil que fueron abiertos promotores y partidarios de la esclavitud de la población negra. De inmediato el presidente negó cualquier posibilidad de hacerlo.

A su vez la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, propuso retirar del Capitolio once estatuas de personajes políticos del país que a lo largo de la historia también defendieron la esclavitud de la población negra.

Lo anterior sin dejar de lado la continuación de las manifestaciones —aunque menos concurridas—, así como la comparecencia en el Congreso de Philonise Floyd, hermano del asesinado George (asfixiado con una rodilla policial en su nuca) y cuyo dramático testimonio a propósito de lo poco que las autoridades valoran la vida de los negros siguió aportando elementos para debatir la forma en que deben instrumentarse medidas para frenar lo que de manera muy lamentable es una norma instalada desde hace varias generaciones en Estados Unidos. El presidente de ese país mantiene una postura que de forma gradual le va aislando y, por lo tanto, debilitando en sus aspiraciones reeleccionistas.

Variables

Las encuestas, algunas publicadas a lo largo de esta semana, señalan que hay una pérdida de hasta 9% en las preferencias electorales a favor de Donald Trump, mientras que su rival del Partido Demócrata, Joe Biden, se consolida y aumenta sus posibilidades de llegar a la Casa Blanca. Aparte, las críticas al presidente crecen por lo que se considera una muy mala gestión de la epidemia de Covid-19. Por su lado, el candidato del Partido Republicano a la reelección señala que en breve retomará su campaña con lo que anunció será “una larga serie de manifestaciones y muy grandes”, justo en el periodo de máxima infección del virus.

De tal manera que para el proceso político de la principal potencia mundial la combinación epidemia-debate por el racismo ha propiciado un notable interés de la población, abierta a participar en las discusiones, mientras que sitios de internet de medios especializados de comunicación registran un notable incremento en las consultas y envíos de mensajes a propósito de estos temas.

Por otro lado, diversos casos a lo largo de la historia que han terminado sin excepción con la muerte del detenido, por supuesto de raza negra, se retoman por parte de testigos, académicos, comentaristas e incluso familiares directos de las víctimas.

Hasta ahora el presidente de EU muestra poca empatía con los acontecimientos y persiste en sus posturas de fuerza contra las manifestaciones. Pero conforme avance la epidemia, aumente el número de muertes e infectados y se prolongue la fase crítica estas variables sin duda alguna repercutirán en sus aspiraciones electorales. Además de la polarización, que también puede incrementarse, a propósito del racismo, como aquí se ha señalado.