ANIVERSARIO DE LA GUARDIA NACIONAL

Una institución cuyos resultados aportan las bases del desarrollo del país.

Javier Oliva Posada
Columnas
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El próximo día 30 se conmemora el pase de entrada de revista de la nueva y más importante institución de seguridad pública de México: luego de un importante trabajo político y legislativo que dio paso a la reforma de once artículos de la Constitución y la publicación del decreto de creación el 26 de marzo de 2019, incluyendo siete importantes artículos transitorios, nació formalmente la Guardia Nacional.

Cabe destacar que en el Senado la aprobación fue unánime y en la Cámara de Diputados hubo solamente un voto en contra. En los congresos locales el apoyo fue también unánime.

Su despliegue en las denominadas 266 demarcaciones, de las que 150 deberán estar funcionales a finales de este año, representan un cambio significativo en cuanto a las políticas y programas de seguridad pública, al menos en el siglo XXI. Es decir, que la presencia del Estado pasa de ser reactiva, a disuasiva y permanente.

Ahora el reto será para las corporaciones policiales y poderes políticos locales, para actualizarse y estar a la altura de las nuevas exigencias tácticas y operativas.

Ese respaldo político y legislativo es una muy importante base para el funcionamiento adecuado de la Guardia Nacional. Todos los gobernadores han recurrido a ella desde entonces a la fecha para solicitar algún apoyo o servicio para contener y, a veces, confrontar a la delincuencia común y organizada aunque, en efecto, la justificada e intensa polémica respecto de sus facultades policiales y de investigación, así como el complejo proceso de su integración, ha concitado dudas y críticas.

Y no es para menos ya que nos encontramos como sociedad y gobierno en la construcción de una institución cuyos resultados aportan las bases del desarrollo del país y la consolidación de la democracia.

Dimensiones

Desde aquella ceremonia del 30 de junio de 2019, llevada a cabo en el Campo Marte y encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado por los secretarios de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval; de Marina, almirante Rafael Ojeda; de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo; así como por el primer comandante de la Guardia Nacional, el general Luis Rodríguez Bucio, las expectativas por parte de la ciudadanía son muy altas. No hay duda de que en el contexto internacional y ante las dinámicas de la seguridad regional México atiende con respuestas propias los antagonismos al Estado y a la sociedad.

Se trata de una Guardia Nacional para el siglo XXI. Es cierto que dicha institución la podemos encontrar a lo largo de la historia, por lo menos desde los antecedentes de la Guerra de Reforma y aún antes, combatiendo la invasión estadunidense de 1846-1848, pero no es sino hasta nuestros días que cobra forma con un evidente sentido de contener expresiones criminales que han llegado a cuestionar la viabilidad del Estado en algunas partes de la República.

En este sentido nos encontramos ante una propuesta y respuesta proporcional a las dimensiones de los antagonismos contemporáneos y los que pudieran conformarse en el futuro.

La Guardia Nacional representa, entonces, la contribución de las Fuerzas Armadas en un exigente proceso de adecuación y adaptación a responsabilidades mediante la aportación de miles de sus integrantes, que sumados a los elementos de la antigua Policía Federal son la base del personal. A la fecha cuenta con poco más de 83 mil integrantes, mismos que se encuentran distribuidos en todo el país, cumpliendo una gran diversidad de tareas.