TENSIÓN EN LAS RELACIONES CIVILES-MILITARES EN ESTADOS UNIDOS

Un exsecretario de Defensa acusó a Trump de dividir al pueblo.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Uno de los temas menos estudiados en los sistemas democráticos, pero que a la vez es de gran relevancia sin duda, son las relaciones civiles-militares. En el entendido de la predominancia del poder civil sobre el poder militar las mecánicas afectan y dinamizan los vínculos naturales que tienen ambos segmentos del sistema político: pasa en cualquier país con estructuras sustentadas en la ley, la pluralidad, la libertad de expresión y de manifestación.

Y es esta última, la libertad de manifestación, la que en efecto genera una inédita situación de diferencias o matices de opiniones entre las estructuras militares y el poder civil en Estados Unidos.

Pero previo a entrar de lleno en materia haré una breve descripción del contexto. Desde luego que debemos considerar la hipersensibilidad que hay en las sociedades (incluyendo la nuestra) ante la gravedad de la epidemia. Sin remitirnos a cómo cada gobierno ha gestionado la situación, en el caso particular del titular de la Casa Blanca este ha evitado pronunciarse de manera abierta y clara respecto de la ponderación que implican los efectos de la epidemia.

Antes ha polemizado de manera agria con decenas de gobernadores y alcaldes; desde luego ha desacreditado las posturas de los más destacados centros de investigación, universidades y científicos; y, por supuesto, ha menospreciado los señalamientos críticos de los medios de comunicación.

No obstante los datos generados por los casos de personas afectadas por el virus, el presidente de Estados Unidos ha persistido en señalar que desde China parte la gran responsabilidad de lo que pasa en el mundo por una mala gestión al inicio de la epidemia, así como por haber manipulado información respecto de los casos reportados a la opinión pública.

Reacciones

Por si fuera poco en ese ambiente de incertidumbre el ahora reconocido asesinato de un ciudadano negro en la ciudad de Minneapolis, George Floyd, a manos de un policía que lo asfixió con la rodilla presionándolo contra el piso, provocó airadas protestas en una gran cantidad de ciudades. Varias de estas protestas se desarrollaron con violencia, actos de pillaje y saqueos. El despliegue primero de las policías locales y en una buena cantidad de estados de la Guardia Nacional, causó durante los recientes días un verdadero clima de tensión.

Por disposición legal el presidente de EU puede movilizar a las Fuerzas Armadas, en este caso un batallón de la Policía Militar, en la capital del país, ya que al no tener gobernador (aunque sí alcalde), el jefe de la Casa Blanca asume el papel de comandante de la seguridad pública de la ciudad. Sin embargo en una notable escalada en la polémica para controlar la manifestaciones el mandatario amenazó con movilizar a la milicia en todo el país para sofocar mediante la fuerza las protestas.

Sin embargo las reacciones (inesperadas) por parte de importantes representantes de las mismas Fuerzas Armadas y aun del jefe del Departamento de Defensa se dieron de forma inmediata.

Por una parte, el prestigioso general del Cuerpo de Marines y por dos años secretario de Defensa con el actual presidente, James Mattis, acusó a Trump de ser el único jefe del Ejecutivo que en vez de unir al pueblo se ha encargado de dividirlo.

Y Mark Esper, sustituto en el cargo del general Mattis, en una posición pública también manifestó su desacuerdo con la posibilidad de desplegar a los militares para contener las manifestaciones.

Volveremos sobre el tema.