VERACRUZ: 21 DE ABRIL DE 1914

“Debemos evitar la profundización de nuestras diferencias”.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Acabamos de conmemorar el 108 aniversario de una de las varias invasiones de Estados Unidos a México y en particular al Puerto de Veracruz. En pleno proceso de la Revolución Mexicana, los intereses de ese país y de muchos otros se daban cita en nuestro territorio para tratar de influir y condicionar el desarrollo de ese muy violento conflicto interno.

Desde el inicio de la Guerra de Independencia hasta la conclusión formal de la propia Revolución los mexicanos nos habíamos caracterizado por que cuando no había una invasión en curso (recordemos que tenemos un conmovedor Museo con esa temática) nos dedicábamos a matarnos entre nosotros.

Baste recordar conflictos inacabables entre liberales y conservadores; la Guerra de los Tres Años o Guerra de Reforma; así como una larga serie de alzamientos y asonadas.

Una sociedad y una economía exhaustas eran y son presa fácil de intereses extranjeros, que sin importar su procedencia lograron sin duda y en su momento imponer/obtener sustanciales ganancias, sea en recursos o en condicionantes políticas para favorecer sus apetitos.

Veracruz en 1914 nos recuerda lo extraordinariamente costoso que es avivar nuestras naturales diferencias y, como en aquella época, dirimirlas bajo el fuego de la metralla y una violencia sin límite.

La Secretaría de Marina-Armada de México, junto con la de Educación Pública (SEP) y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), publicaron un libro conmemorativo titulado La invasión a Veracruz de 1914: enfoques multidisciplinarios, donde distintos especialistas, civiles y militares, aportan relevantes datos, análisis e interpretaciones respecto de un acontecimiento que marcó la historia del país.

Tendrían que pasar casi 25 años, hasta el alzamiento del general Saturnino Cedillo en San Luis Potosí, para que México entrara en un dilatado proceso de estabilidad política que llega hasta nuestros días.

Soberanía

Para la Armada de México los acontecimientos de Veracruz en 1914 pasaron a formar parte de su doctrina, pensamiento y visión estratégica, además de la invaluable lección de heroísmo, personificada entre otros por el cadete Virgilio Uribe y el capitán José Azueta, así como por los cadetes de la entonces Escuela Naval Militar.

Las características y desarrollo de la ocupación estadunidense se encuentran documentados e investigados en una larga serie de publicaciones militares y civiles. La duración fue desde el asedio, que comenzó el 12 de abril, hasta la salida de las últimas tropas del Puerto de Veracruz, el 23 de noviembre de ese mismo año. Poco más de seis meses, mientras en los campos y las principales ciudades de nuestro país se desarrollaba una revolución en medio de un Estado sin prácticamente instituciones, devastada la economía y una notable incertidumbre respecto de la viabilidad como nación.

La soberanía de México fue puesta en riesgo y en auténtico peligro de diluirse. Tanto nuestros conflictos internos como por las acechanzas externas se conjugaron de forma tal, que solo las acciones y actitudes desempeñadas por la población y los cadetes e integrantes de la Escuela Naval Militar evitaron que se materializara una catástrofe para la libertad e independencia de la nación. Nunca debemos olvidar tan relevantes lecciones.

Es una obviedad: siempre habrá presiones externas derivadas de los sistemáticos reacomodos en el ámbito internacional. Lo que debemos evitar es la profundización de nuestras naturales diferencias, que se dan en cualquier democracia.