¿DÓNDE ESTÁN LOS ARTISTAS?

“Me cuestiono si es que los artistas se encuentran limitados por la definición de arte impuesta por el sistema”.

Juan Carlos del Valle
Columnas
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La historia demuestra que los artistas tienden a la rebeldía de forma natural; inclusive parece razonable afirmar que la creatividad se nutre de ese espíritu crítico e inconforme pues, ¿se puede aspirar a una mirada fresca y alternativa del mundo sin sentirse impelido a cuestionar sus certezas? Y esa es precisamente una de las posibilidades más brillantes y sugestivas del arte: la de dudar de todo y desde ahí cambiar perspectivas, alterar conciencias y mostrar otros caminos, anticipando y promoviendo muchas de las grandes revoluciones socioculturales de la humanidad.

Así, son numerosas las anécdotas de artistas que al cabo del tiempo se han enfrentado a sus patronos, críticos y compradores, que han desafiado ideologías, instituciones o sistemas, muchas veces a costa de perder su fuente de subsistencia, reputación o hasta arriesgando su propia vida. Se sabe, por ejemplo, que Miguel Ángel no solo se enfrentaba constantemente a su mecenas, el Papa Julio II, sino que además desafiaba abiertamente a la institución eclesiástica y sus cánones estéticos y morales; o que Diego Rivera prefirió ver su mural del Rockefeller Center destruido antes que modificarlo al gusto del millonario industrialista que lo comisionó.

Aquel famoso altercado entre Diego y Rockefeller es muestra de la militancia política que ejercían muchos de los artistas del México posrevolucionario. Así también la subsecuente Generación de la Ruptura, aunque se oponía frontalmente a la ideología de sus predecesores, retuvo el mismo espíritu contestatario. Sin embargo, siempre y cuando no representen un riesgo real para la supervivencia de un sistema, este siempre se beneficia de sus transgresores: bien neutralizándolos y absorbiéndolos o bien reafirmándose a sí mismo a partir de la oposición que ejercen. De esta manera, aquello que en su origen es contracultural a menudo se vuelve parte de la cultura dominante.

Subsistir

Tan amenazante era el gremio artístico, que se rumora que por esa razón la escuela de artes fue deliberadamente aislada de Ciudad Universitaria y emplazada en Xochimilco, ubicación que mantiene hasta el día de hoy. Desde los sesenta empezó a promoverse la idea de la muerte del artista y la democratización del arte. Cabe entonces preguntarse: si cualquiera puede ser un artista, ¿quién realmente lo es? ¿Dónde están los artistas? ¿Cuál es su lugar en el mundo de hoy? ¿Es posible afirmar que los artistas han sido silenciados, domesticados y disminuidos por el mismo poder económico, político y social contra el que alguna vez se rebelaban?

En la actualidad es muy difícil que los artistas logren subsistir gracias a su trabajo, una necesidad humana elemental. Esto explica en buena medida el estado de temor y sumisión en el que viven y se entiende el hecho no solo de que deseen sino de que exijan la existencia de un fondo de becas gubernamentales que mínimamente resuelve el problema del sustento para unos pocos seleccionados, pero que condiciona la libertad creativa, no solo de los ganadores sino de todos los que aspiran a un subsidio.

Me cuestiono si es que los artistas se encuentran limitados por la definición de arte impuesta por el sistema; o paralizados por no haber recibido una buena instrucción; o supeditados a las exigencias y el ritmo del mercado y las instituciones que le obedecen; o seducidos por promesas de fama y fortuna; o desarticulados como consecuencia de una noción egoísta del éxito; o ahogados en el bullicio de los millones de voces de las redes sociales u ocupados en amasar un gran número de seguidores; o distraídos por modas pasajeras; o simplemente trabajando silenciosamente en la intimidad de sus estudios.