Esta semana ha sido para los defeños, más que de pesadilla, lo que le sigue. No “fue el Estado” ni “Fuera Peña”: fue un nivel de precipitación fluvial extraordinario que sumado a la precaria infraestructura urbana del Distrito Federal se convirtió en casi el fin del mundo. Eso no contribuye al ánimo social.
Fue una semana llena de efemérides. Repleta de recuerdos y presencias valorables, así como de mentiras históricas. Comenzó el 13 de septiembre con el aniversario de la Toma del Castillo de Chapultepec. ¿Cuándo vamos a dejar de conmemorar hechos fallidos, salvo el 5 de mayo de 1862? Se celebra a cadetes que en unos casos, no todos, eran adolescentes; en otros, como Juan Escutia, era un adulto. No murieron ocho cadetes mexicanos en aquel 13 de septiembre de 1847. Fueron más de mil defendiendo el Castillo de Chapultepec ante las tropas norteamericanas. ¿Cuándo nos vamos a acostumbrar a la verdad histórica?
La verdad histórica. La frase que hizo célebre y enterró la carrera de uno de los políticos más brillantes en la historia contemporánea de México, Jesús Murillo Karam.
Un comité internacional e interdisciplinario determinó que los estudiantes incinerados en Cocula no lo fueron, al menos ahí, tras 20 minutos de visita del “perito” a diez meses de los acontecimientos. Y la opinión pública nacional se ensombrece.
Factores
La verdad histórica es que el precio del petróleo está por debajo de los 40 dólares por barril en un país adicto a esos ingresos. Sobreoferta mundial, normalización de las relaciones de Irán con el mundo occidental, los perversos manejos chinos de su propia economía… en fin, múltiples factores. Pero el crecimiento de la economía mexicana es plano, aunque no recesivo, no da para una sociedad ávida de un boom económico.
Un desfile militar discreto, sin cena previa del 15 de septiembre, en medio de críticas y autocríticas de la necesidad de austeridad. La verdad histórica de una cena protocolar de más de un siglo se murió en medio de la desesperanza.
La verdad histórica de ocho mexicanos muertos, asesinados por el Ejército egipcio, a 14 mil kilómetros de distancia, porque los confundieron con terroristas. La ira, la pena, la impotencia. El gobierno de Egipto desde su origen es una vergüenza a escala mundial. ¿Qué hacer? Que diga Estados Unidos, quien impuso a esa dictadura militar.
Verdad histórica que para desgracia de México la Sección 22 de la CNTE de Oaxaca sigue dando señales de vida y obliga al despliegue masivo de la fuerza pública federal.
Verdad histórica que el 15 de septiembre por la noche el Zócalo no se llenó. Por las razones que sean. Falta de ánimo, temor, mal clima, chubascos y tormentas.