El próximo periodo de sesiones

Dada la agenda y los ánimos partidarios, el segundo periodo de sesiones de esta Legislatura estará signado por acuerdos y agenda relativamente secundaria.

Cámara de Diputados
Foto: Archivo
Columnas
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Estamos a nada del inicio del próximo periodo de sesiones. Las partes se aprestan para la batalla. Todavía en un ambiente legislativo en el que no han salido más que esporádicamente los colmillos a relucir.

El presidente Enrique Peña Nieto se reunió con los senadores del PRI y algunos verdes para plantearles y exigirles una productividad legislativa igual o mayor que en el primero periodo de esta 62 Legislatura, que concluyó el pasado mes de diciembre.

El próximo periodo de sesiones comienza el viernes 1 de febrero. En víspera de ese arranque, el presidente de la República pidió a sus senadores no descuidar temas prioritarios, como son las materias de justicia y responsabilidad hacendaria, así como preparar el terreno —seguramente no para este periodo de sesiones, sino para el siguiente— de materias de extraordinaria complejidad y rispidez, como son las reformas hacendaria y energética.

En el PRI se advierte cohesión y unidad de sus bancadas en ambas cámaras, sea por convicción, que la hay en muchos, o por temor al presidente, que no falta.

De todas formas, el camino del PRI está plagado de obstáculos no menores, como lo es su Asamblea Nacional, que está en proceso y que para las futuras reformas implicaría modificaciones a sus estatutos y programa de acción, sin que falten para ello enormes resistencias históricas y de intereses.


Previsiones

Sin embargo, la agenda que se plantea hacia el próximo periodo de sesiones no representa un motivo de polarización entre fuerzas políticas. Parecería haber unanimidad en cuanto a objetivos de regulación y control sobre el endeudamiento de estados y municipios, propósito de la Ley de Responsabilidad Hacendaria, la que seguramente será —es lo más probable— la primera iniciativa preferente enviada por el presidente Peña Nieto al Congreso; es decir, la primera iniciativa que tendrá que resolverse en un mes y aprobarse o desecharse.

Estará también a discusión, casi con seguridad, la Ley de Telecomunicaciones, la que en base a declaraciones de los principales actores participantes ya estaría en un alto grado de avance respecto de su negociación entre los interesados.

Es muy probable que también esté en la deliberación legislativa una reforma del Juicio de Amparo y, ante la presión de los hechos, de la opinión pública y de académicos, entren de última hora cambios importantes a figuras jurídicas tan inútiles como perversas, como son el arraigo y la calidad probatoria de los testimonios de testigos protegidos.

El PAN no sale de su confusión interna. Persiste en el reclamo, sin pruebas, de actos ocurridos durante el proceso electoral pasado. No acaban de entender que las principales causas de que sean hoy tercera fuerza residen en la ineficacia de sus gobiernos, en la mediocridad de su candidata y en las pugnas internas que lo incapacitaron para hacer un frente común a la hora de la verdad. Esto fragmenta la unidad de sus decisiones legislativas y a la vez los hace vulnerables ante sus adversarios.

Se puede prever que la actuación del PAN en el próximo periodo de sesiones será un poco anárquica y polarizada internamente entre quienes disputan a futuro la presidencia nacional del partido.

Las izquierdas siguen entre Morena y el PRD. No obstante, la dirigencia nacional del PRD ha percibido la buena recepción de la opinión pública de participar, aunque sea de dientes para fuera, en la búsqueda de acuerdos. Continúan en el ánimo de politizar todo en declaraciones, pero en privado se llega a compromisos.

Un próximo periodo de sesiones, que sin pecar de optimistas, transcurrirá sin graves sobresaltos.

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