Vamos al grano: la elección presidencial de 2024 está en peligro de ser robada. Y al momento de escribir esto las piezas en el tablero ya se reorganizan para permitir este golpe a la democracia.
¡No se espanten, que no hablo de México! El régimen democrático que peligra actualmente es el de Estados Unidos.
¿Por qué tanto alboroto? Muy sencillo. Si repasamos lo ocurrido tras la elección de 2020 vemos todos los elementos de un autogolpe que falló no por falta de iniciativa, sino por falta de cómplices. Donald Trump y su equipo introdujeron demandas en estados clave y presionaron a gobernadores y congresistas locales para revertir resultados. Todos sus esfuerzos fueron desestimados. Como acto final lanzó a sus huestes contra el Capitolio para detener la certificación de los votos, lo cual también fracasó.
Hoy la situación es distinta. Como explica Russell Berman en The Atlantic, los analistas políticos no se preocupan por un golpe de Estado violento sino por uno que se origina en las capitales estatales, recibe la bendición de las cortes conservadoras y luego recibe los votos decisivos del Congreso que (seguramente) controlarán los republicanos. “El riesgo de una crisis en 2024 es mayor que en 2020 porque los seguidores de Trump están mejor posicionados”, indica.
Las señales están a la vista. La purga de los opositores de Trump al interior del Partido Republicano ya comenzó. Todos los que votaron por su impeachment fueron expulsados y los gobernadores que no apoyaron “La gran mentira” son doblegados. Trump ya domina todas las encuestas en su partido y acumula más de 100 millones de dólares para su (hipotética) campaña. Muchos de sus rivales prometen dejarle el camino libre en las primarias.
Pronóstico
El comediante y analista Bill Maher hace un ejercicio de “periodismo adelantador” para pintar un posible escenario:
1. Noviembre 2022 Son las elecciones intermedias y el partido en el poder suele perder escaños. Los republicanos recuperan la Cámara de Representantes.
2. Noviembre 2022 Los estados de Wisconsin, Pennsylvania y Michigan también eligen gobernador. Hoy son gobernados por demócratas (y Biden ganó en los tres); pero Maher predice que en 2022 perderán por lo menos dos. Así, los republicanos influyen en las elecciones de 2024 y aseguran 36 votos electorales.
3. 2023 Trump anuncia su candidatura. Su mensaje central es que la elección de 2020 fue robada y es necesario recuperar el poder. Su campaña es un éxito, pues consideremos que dos tercios de los republicanos creen que hubo fraude en 2020 y más de 20 millones de votantes aceptan el uso de la fuerza para que Trump vuelva a la Casa Blanca.
4. 2024 Los demócratas inician su campaña pensando que están frente a una elección tradicional. ¡Mentira! Incluso si ganan Trump jamás aceptará su derrota.
5. Noviembre 5 Trump pierde la elección y, como era de esperarse, acusa de fraude. A diferencia de hace cuatro años ahora todo su partido arropa sus delirios.
6. Diciembre 16 Los electores se reúnen para determinar un ganador, pero varios estados republicanos envían electores “falsos”. Hay caos. La resolución pasa al 6 de enero.
7. Enero 6, 2025 Cientos de miles de trumpistas llegan a Washington DC —muchos de ellos armados— para prevenir otro dizque fraude. Trump atiza a sus huestes. Kamala Harris tendrá que hacer lo que Mike Pence no pudo: cancelar la elección. En las calles comienzan las protestas y la violencia se generaliza. La gente teme salir de sus casas. Los comercios sufren. El mercado de valores se desploma por la incertidumbre.
Pero a diferencia de hace cuatro años los republicanos controlan el Congreso y le otorgan la victoria a Donald Trump. El golpe de Estado se consumó.
¿Qué onda? ¿Ya les dio miedo?