OK COMPUTER

Juan Pablo Delgado
Columnas
Copia de COLUMNAS (1920 × 1080 px)-4.png

Como escritor y entusiasta de la tecnología busco constantemente herramientas nuevas e innovadoras que puedan ayudarme a optimizar mi trabajo y dar vida a mis ideas. Por eso me intrigó encontrar ChatGPT, un poderoso modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI. En esta columna quiero compartir mis pensamientos sobre ChatGPT y su potencial para revolucionar la forma en que nos comunicamos y creamos.

A ver, a ver, a ver… No le hagan caso a eso que acaban de leer. Porque ese párrafo espurio es en realidad propaganda escrita por un robot, o mejor dicho, por la inteligencia artificial (IA) detrás de ChatGPT. ¿Cómo escribió esa introducción? Simplemente le ordené al robot: “Escribe una entrada para mi columna de opinión en Vértigo donde hablaré sobre ChatGPT”. Bastante interesante, ¿verdad?

Para los que no lo sepan, este programa es un chatbot que lanzó a finales de 2022 la empresa OpenAI (cofundada por Elon Musk en 2015), que genera y predice respuestas con base en la información que existe en internet; también tiene la capacidad de adaptarse y aprender de manera continua.

Y ahora sí, ahí les va mi veredicto: durante las últimas semanas he estado platicando con esta IA y debo decir que estoy bastante impresionado. ChatGPT parece tener la capacidad de entender perfectamente lo que preguntas o pides (solo en idioma inglés); y responde de tal manera, que nos coloca en ese famoso “valle inquietante” donde es imposible deducir si quien responde es un humano o una máquina.

Uno puede pedirle prácticamente cualquier cosa: explicar una ecuación científica; escribir una columna de opinión o una tesis académica; resumir cualquier libro famoso; arreglar un código web; idear un nuevo final para una serie de televisión; crear poesía al estilo de cualquier autor o la letra de una canción como si fuera escrita por David Bowie (o quien gusten); ah, sí, también sabe contar chistes (bastante malos). Lo fascinante es que incluso cuando el robot se equivoca, basta con hacerle notar su error para que genere una respuesta más acertada.

Disrupción

Ahora bien, por más ingeniosa que sea la tecnología detrás de ChatGPT la realidad es que deja mucho que desear en cuestión de análisis profundo sobre el mundo y la vida humana. Claro, el robot podrá tener toda la información a su alcance, pero cuando buscas predicciones económicas o políticas del mundo llegas a un callejón sin salida. Lo mismo ocurre con toda cuestión metafísica: te da puro rollo blandengue.

Bueno… ¿y por qué nos importa este tema? En primer lugar, porque ChatGPT es el primer chatbot respaldado por IA que logra alcanzar un nivel sin precedentes en comprensión y comunicación humana. Es tan bueno y eficiente, que muchos analistas ya vaticinan el fin de los ensayos escolares, porque la IA puede escribir un texto sobre cualquier tema, en cualquier estilo y lenguaje que desees.

Y esto nos lleva a nuestro segundo punto: la disrupción que podría causar algo como ChatGPS en el largo plazo. Porque si algo queda claro es que la IA es un tipo de tecnología que no tiene un final determinado: similar a lo que ocurrió con la aparición de las computadoras personales o los iPhones, simplemente evoluciona y encuentra nuevas aplicaciones.

Hoy causa ya cismas en el mundo académico y artístico (revisen DALL-E-2, también de OpenAI); pero mañana podrá estar creando composiciones musicales, realizando edición de video, dando consultas médicas o sicológicas, o elaborando nuevos medicamentos o agentes biológicos.

Todo esto nos lleva a una conclusión ineludible: millones de empleos podrían peligrar o quedar en el limbo con la implementación de la IA en el mundo cotidiano, incluyendo mi profesión de periodista. Pero no nos aceleremos, que este arroz todavía no se ha cocido.

Si ustedes quieren comenzar este viaje fantástico, aquí les dejo el enlace para cotorrear con ChatGPT. ¡Juzguen ustedes mismos! https://chat.openai.com/chat