UN GENOCIDIO SIN ESCÁNDALO

“Adoctrinamiento, separación familiar, tortura y una campaña masiva de esterilización”.

Juan Pablo Delgado
Columnas
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Ahí le va una retadora: ¿Cuál creen que es el mayor escándalo global actualmente? Algunos dirán que el trofeo se lo lleva Meghan Markle por sus escandalosas revelaciones sobre la vida privada de la corona británica. Otros dirán que es la “cultura de cancelación” descontrolada, que en los últimos días se ha llevado de encuentro a Dr. Seuss (por racista), a Pepe Le Pew (por acoso sexual en caricatura), a Mr. Potato Head (por sexista) y a John Travolta por utilizar el canto y la danza en Vaselina para promover el racismo, el sexismo y la homofobia.

Permítanme entonces poner sobre la mesa otro escándalo que quizá pueda llegar a preocuparlos también. ¿Qué les parece “genocidio demográfico” para abrir conversación? Si no tienen idea de qué hablo por andar despistados con la duquesa de Sussex, dejen les explico.

Desde hace unos años el gobierno de China emprendió una campaña masiva y sistemática contra los uigures. Los uigures, para los nuevos en el tema, son una minoría étnica musulmana que viven en la provincia de Xinjiang (oeste de China) y mantienen una cultura más afín a la de Asia central que a la de Beijing; algo que al régimen de Xi Jinping le parece bastante inaceptable.

Fue entonces que Xi decidió tomar cartas en el asunto y a partir de 2014 comenzó a internar a millones de hombres, mujeres, niños y ancianos en campos masivos de “reeducación” (“concentración”, dirían otros) con la dizque excusa de combatir el radicalismo ideológico de la población. La realidad de lo que ocurrió es pavorosa: adoctrinamiento, separación familiar, tortura y una campaña masiva de esterilización.

A principios de marzo el Newslines Institute For Strategy and Policy, un organismo independiente y apartidista con sede en Washington DC, publicó un informe detallando de la situación en Xinjiang y su conclusión fue fulminante: el gobierno de China es responsable de cometer genocidio contra los uigures.

Sometimiento

El nuevo informe indica que las acciones del gobierno chino han violado “todos y cada uno de los actos” prohibidos por el Convenio para la Prevención y la Sanción del Delito del Genocidio. Entre ellos: asesinato de integrantes de un grupo; causar graves daños corporales o sicológicos, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; traslado forzoso de niños a otro grupo, e imposición de medidas destinadas a prevenir nacimientos dentro del grupo.

En este último punto algunos expertos hablan en particular de un “genocidio demográfico”. La periodista Sigal Samuel indica en VOX que entre 2015 y 2018 la población uigur en la provincia de Xinjiang se redujo en 84% y las cifras de esterilización “son drásticamente más altas que la tasa nacional china”. De acuerdo con las cifras presentadas por la Associated Press “en 2014 se insertaron un poco más de 200 mil dispositivos intrauterinos (DIU) en Xinjiang, número que aumentó a casi 330 mil DIU en 2018, un incremento de más de 60 por ciento”.

Esta es la situación actual para millones de personas: una destrucción sistemática de su capacidad reproductiva con el objetivo de exterminar a la etnia a la que pertenecen.

Y como bien indica el comediante Bill Maher: ¿Saben a quién le importa un verdadero carajo que Dr. Seuss haya dibujado a unos chinos de manera racista? Exacto: ¡A los propios chinos!

Mientras nosotros nos peleamos por cancelar libros, películas o personajes de caricatura China rehace al mundo a su imagen y semejanza, comenzando por su propio patio trasero.