EL JALONEO POR LA MARIHUANA, LA CNDH Y “EL TIGRE”

Un negocio millonario.

Katia D'Artigues
Columnas
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Notimex

Por Katia D’Artigues

La regulación de la marihuana o la cannabis se ha pospuesto en México. Ricardo Monreal, el presidente de la Jucopo, aceptó que los senadores se han enfrentado a fuertes presiones. ¿De dónde vienen estas presiones?

Por un lado están las de importantes farmacéuticas e incluso empresas que tienen cabilderos que, como dice Monreal, demuestran que “hay muchas presiones legítimas de quienes quieren hacer negocios legítimos”. Por otro lado están las iglesias que no quieren que se regule.

Hay tres grandes “peros” que ponen las empresas que quieren invertir en un negocio que se calcula en seis mil millones de dólares (según la organización Semáforo Delictivo). Hay mucho en juego.

Revisé una “nota” no pública de sugerencias de cambio que hace llegar GPIC (Grupo Promotor de la Industria del Cannabis) al anteproyecto de dictamen de Julio Menchaca:
Quieren quitar la limitante de participación extranjera a 20% en la industria (si no se cambia se violan tratados con EU y Canadá, argumentan).

Que una sola persona pueda ser titular de más de un tipo de licencia (aquí argumentan que de no hacerlo se viola el artículo quinto constitucional que habla sobre el derecho al trabajo lícito).

Quieren que se “acote” la prohibición del uso de cannabis en productos cosmetológicos, alimentos, bebidas y publicidad.

También que su venta se permita en más lados; de no ser así se podría dar —argumentan— un “mercado negro” como el de Uruguay, que solo permite venta de cannabis en farmacias que tengan licencia de parte del Estado.

Está claro que aquí hay “oro verde” y muchas personas que quieren hacer negocio. Lo que preocupa es que se deje a un lado a las millones de personas que se podrían beneficiar de la cannabis medicinal: que se privilegie a empresas internacionales que podrían dar más caras soluciones que pueden hacerse en México.

“Vamos a tener primero cervezas con cannabis que derivados para pacientes”, alerta con temor una activista por el uso de cannabis medicinal que conozco bien. No está lejos de la realidad: Constellation Brands, que tiene entre otras marcas la famosa Corona, tiene una fuerte inversión en Canopy Growth, empresa canadiense de cannabis.

Por cierto no me repongo de ver a Mikel Arriola abogando por la regulación de la marihuana. ¿Ya nadie recuerda el famoso spot de cuando fue candidato a jefe de Gobierno donde atacaba a Morena y el PRD acusándolos de “inmorales” y “sin valores familiares” por querer hacerlo?

Enorme decepción

Seguí con mucha atención el proceso para la designación del nuevo titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que el miércoles no obtuvo, en dos votaciones, dos terceras partes de los senadores presentes y se volverá a votar el martes.

Morena aboga por poner en la CNDH a un símbolo: Rosario Piedra Ibarra, hija de Rosario Ibarra de Piedra, activista recién reconocida con la medalla Belisario Domínguez por su trabajo para localizar a personas desaparecidas. La oposición no la quiere entre otras cosas porque fue candidata de Morena y también porque su propio trabajo y entrevista en comisiones no está a la altura de otros perfiles con mayor trayectoria, experiencia y mejor plan de trabajo. No basta ser una víctima y tener sensibilidad para hacer una gestión exitosa que necesita profesionalismo y mucha técnica en este país que tiene una crisis en derechos humanos.

Entiendo el símbolo, pero no basta. La CNDH es una magistratura moral que depende, para su eficacia, de una fuerza social y política que con este proceso se está minando de entrada.

A pesar de que en comisiones se hizo un esfuerzo serio por tratar de ser transparentes en la designación, ganó la costumbre: llegó la terna impuesta por la Junta de Coordinación Política. Cuotas y cuates.

¿Y México?

Ahora sabemos que las multitudinarias manifestaciones en Chile no fueron provocadas por un aumento al precio del Metro sino que fue la gota que derramó el vaso de un descontento que se incubó años, desigualdad a desigualdad, hasta que estalló. Pienso en “El Tigre” que AMLO ofreció amarrar con su mandato en este país también muy desigual. Ese que hoy está muy esperanzado y espera resultados del gobierno. Ojalá.