EL CINISMO LLAMADO SALGADO MACEDONIO

En su discurso al aceptar la candidatura se aventó una frase que más bien sonó a recordatorio materno.

Katia D'Artigues
Columnas
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Pese a todos —y más bien pese a todas— Morena decidió nombrar a Félix Salgado Macedonio como su candidato a la gubernatura de Guerrero. Una de las 15 gubernaturas que, junto con la mayoría de la Cámara de Diputados, se juega en las elecciones de este año.

Esta semana pasada Félix, feliz, en su discurso al aceptar la candidatura se aventó una frase que más bien sonó a recordatorio materno: “Quiero hacer un reconocimiento público a la mujer guerrerense, porque las mujeres y los jóvenes son el motor de la Cuarta Transformación. Sin ellas no hay Cuarta Transformación”.

Luego el miércoles, a pregunta expresa de una reportera, el propio Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de la mañana, volvió a hablar del tema desestimando, desacreditando, minimizando los señalamientos de abuso sexual hacia el candidato del partido que fundó: “Yo no opino ya. Di mi punto de vista en una ocasión. Son tiempos de elecciones y hay acusaciones de todo tipo”, dijo el presidente.

Cuando la reportera le recordó que hay denuncias de por medio siguió: “Yo no tengo por qué opinar en este caso (...) Hay que tenerle confianza al pueblo: la gente es la que decide. Si se hacen encuestas y la gente dice: ‘Estoy de acuerdo con este compañero o compañera’, se debe respetar. La política es asunto de todos, no de las élites (...) Si no, estamos juzgando sin elementos”.

La Comisión de “Honor y Justicia” de Morena incluso solicitó el martes que la presunta víctima de violación de Salgado Macedonio se careara con los abogados de su agresor, pero negaron a sus abogadas participar en la audiencia y dar testimonio. ¿Qué tipo de honor y justicia manejan en Morena?; ¿cómo darle la candidatura a alguien cuando la investigación interna —y por lo visto sesgada— no está terminada?

Es decir, todo mal. Las mujeres que valientes salen a dar testimonios no existen. Lo importante es “la encuesta” y ganar. Ganar aunque a la larga pierdan mucho más.

Sí creo que esto es un punto grave de inflexión para el partido. O por lo menos debería serlo. Las mujeres —y nuestros aliados— no debemos olvidarlo.

Y en sus propias palabras

Nada exhibe más a todas las personas que sus dichos y acciones. Por eso retomo una entrevista que le hicieron a Salgado Macedonio en 2017 un par de periodistas de Chilpancingo, Federico Sariñana y Juan José Contreras, en el noticiario Capital Máxima y que leo en una nota de Quadratín Guerrero.

En ese momento Salgado era coordinador de organización de Morena frente a las elecciones de 2018; negaba entonces que fuera a ser candidato a senador. Pero dijo esto cuando los reporteros le preguntaron sobre su fama, sobre su abrazado mote de El Toro sin Cerca:

—Todo lo que digan de mí es cierto. Yo tengo más negativos que positivos. Yo sé que no estoy compitiendo para cardenal ni tampoco soy santo. Cuando me dicen: “Oye, hay que fortalecer aquí porque andas bajo, la fama es mala, muy mala”. Mujeriego, parrandero, jugador, borracho, todos los vicios de Gabino Barrera y de Simón Blanco me los juntaron.

—¿Y sí los tiene?

—Sí. Cuando me dicen: “Oye, hay que corregir eso”, yo les digo: “¡Ay, no manchen!, ahora a mis 60 años me quieren quitar todo eso; no, pus no; yo ya estoy viejo, árbol que crece torcido jamás su tronco endereza”. Yo así soy: incorregible, impredecible, incalumniable. Todo lo que digan de mí es cierto”.

Son, ojo, sus propias palabras.

Se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y aunque este año, por la pandemia, no habrá grandes manifestaciones por razones sanitarias, las razones no faltan: entre ellas esta ominosa candidatura y respaldada por el propio presidente con el argumento de que Salgado fue apoyado por una encuesta y “hay que tenerle confianza al pueblo”. Un pueblo sin mujeres.