La palabra complot me da mucho respeto. Complot fue el asesinato de John F. Kennedy. Que las grandes tabacaleras ocultaran y negaran durante años que sabían que el tabaco enferma. La Noche de los cuchillos largos. Los intentos de asesinato contra Fidel Castro y el fallido contra Hitler. La disputa por el trono entre Isabel, la reina virgen, y María Estuardo. El telegrama Zimmermann. Y claro, el #NoEraPenal que nos arrebató el pase a los cuartos de final de la Copa del Mundo en Brasil 2014.
La BOA, qué. Me refiero a este documento que, aun cuando suene increíble, dio a conocer el presidente Andrés Manuel López Obrador en la mañanera. “Rescatemos a México. Proyecto BOA” (BOA querría decir Bloque Opositor Amplio).
Son siete hojitas de un supuesto “resumen ejecutivo” donde la dividida oposición que no puede ni evitar que llegue Rosario Piedra a la CNDH se habría puesto de acuerdo con dos objetivos “malignos”: ganarle a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados en las urnas y lograr que en 2022, por la vía legal como él mismo lo propuso, López Obrador no gane la elección para renovar o revocar su mandato.
Dudas
Primera, ¿la oposición unida? Difícil, aunque no imposible. Ahora, ¿no son creados los partidos para contender en elecciones y ganar el poder? Lo que sí está raro es que el izquierdista MC y lo que queda del PRD vayan con el derechista PAN. Pero bueh, quizás igual de raro que cuando Morena se unió al autodeclarado comunista PT y al confesional PES para ganar una elección.
Segunda, es un documento que según el propio Jesús Ramírez Cuevas no se sabe si es verdadero o falso: así de plano. Decidieron sacarlo porque les llegó a Palacio Nacional —suponen que de parte de algún simpatizante y ni siquiera aplicaron la regla mínima del periodismo de checar con alguna fuente, lo cual preocupa viniendo de un comunicador. Ya no diga usted usar la intelligencia (sic) del Estado. ¿Qué les costaba una llamadita a Durazo, el general secretario de la Defensa o al almirante secretario de la Marina con una notita que dijera: “Oye, mano, chécame esto, ¿no? Porfa”.
Tercera, El Universal escribió que el mismito documento le fue dado por un representante de la 4T y les pidió publicarlo como una investigación suya. Se negaron y corte a: aparece en la mañanera.
Y cuatro, pues están los metadatos del documento que señalan al autor como Omar Cervantes Rodríguez, director de Comunicación de… ¡Gobernación!
Hace muy bien el sabio presidente en reírse y decir que se “divierte” con los “planes de la oposición”. ¿O quizá la travesura de alguno de los suyos? Yo lo que sí diría es que se pasan con que haya tan pocas mujeres conspiradoras, caray. Estoy muy en desacuerdo con la falta de equidad de género.
Lo cierto es señoras, señores, niñas y niños, que la campaña de 2021 ha comenzado en plena emergencia sanitaria. En juego están 15 gubernaturas, toda la Cámara de Diputados, elecciones en 30 entidades.
Conmigo o contra mí y otras preocupaciones
A mí la verdad me preocupan más otras cosas. Como las declaraciones del propio presidente que dice que se está con él o contra él: así, sin medias tintas. Cheque en blanco o nada.
“Es tiempo de definiciones, no es tiempo de simulaciones. O somos conservadores o somos liberales; no hay para dónde hacerse: o se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país”, dijo.
Y claro: él es la transformación, ya lo sabemos.
¿Pooor?, diría mi sobrina. Sin duda que yo estoy en contra de combatir la corrupción y supongo que usted también. Pero con tantas asignaciones directas y no licitaciones hechas y derechas como prometieron, ¿cómo?
Y luego está también la iniciativa que el miércoles presentó Ricardo Monreal, esa que plantea desaparecer organismos autónomos —Comisión Reguladora de Energía, el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica— y fusionarlos en un gran superórgano constitucional autónomo llamado Inmecob. ¿No es eso megaconcentración de poder?