LA LLORONA EN EL CONGRESO

¿Y si esta fuera una manera de control del presupuesto por un largo rato?

Katia D'Artigues
Columnas
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Cámara de Diputados

Dicen que por los vacíos pasillos del Congreso, quizá confundida por tantos muertos por el coronavirus que piensa que es ya 2 de noviembre, se escucha a La Llorona en un lamento: “Aaay, mis controles constitucionales. Aaay, mi equilibrio de poderes. Aaay, mi democracia”.

¿A qué me refiero? Intentaré explicarlo.

Sin el Poder Legislativo en acción, es decir, sin las cámaras de Diputados y Senadores funcionando como podrían —vía un cambio de reglamento, una reforma que les permitiera trabajar a distancia o sencillamente amparándose en que son actividades esenciales según el Consejo de Salubridad, como lo leyó la Suprema Corte— la mayoría de Morena solo está dispuesta a reunirse para discutir y aprobar lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere que se discuta y apruebe.

Terminado ya el periodo ordinario de sesiones, mismo que por cierto no tuvo nada de ordinario, esta semana se debió instalar la Comisión Permanente: ese pequeño grupo de legisladores que deben estar sesionando siempre para casos de emergencia, como la que vivimos. Y lo pongo en “debería” por si algo (más) sucede. Así está previsto, pero yo escribo esto un martes y usted lo leerá el domingo.

Bueno, esta comisión plural de diputados, pero también con mayoría de Morena, es casi seguro que cite a una sesión extraordinaria el martes de la semana que entra, 5 de mayo, a los 500 diputados y diputadas de la nación. ¿Que estarían rompiendo la propia instrucción de no reunirse muchas personas? Bah, pequeño detalle.

¿Y qué van a discutir? (es un decir). Bueno, pues lo único que habrá en la agenda —que pase, pues, aunque la oposición presentará muchos temas— será una iniciativa de reforma que el presidente mandó el 23 de marzo porque lo habrían dictaminado fast track para entonces.

Se trata de un añadido al artículo 21 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

¿Y a mí eso qué, Katia? Bueno, pues le daría facultades a la Secretaría de Hacienda, un puesto que pone y quita el presidente porque es su derecho, de reasignar el presupuesto a su gusto en caso de que se “presenten emergencias económicas en el país”. Así de amplio.

¿Para qué se podría hacer reasignación presupuestaria? La propuesta dice: “Para destinarlos a mantener la ejecución de los proyectos y acciones prioritarios de la Administración Pública Federal y fomentar la actividad económica en el país, atender emergencias de salud y programas en beneficio de la sociedad”.

Es decir, para lo que usted quiera, señor presidente.

Voluntad

Actualmente el presupuesto es propuesto por Hacienda, se analiza, se discute y vota en la Cámara de Diputados, donde se hacen reasignaciones. Ahí de julio a diciembre hay un natural y, yo digo, hasta democrático jaloneo. Todo el mundo va a la Cámara de Diputados por esos días, como “pasarela”: organizaciones de la sociedad civil, gobernadores, otros funcionarios públicos. Todos para pedir que les den algo más de esa “cobija” que por más que intentamos no a todos nos cubre del frío de la falta de recursos.

Si se aprueba esta iniciativa en la cámara baja, como se prevé que pase, digamos que eliminaría en “algo” (es también un decir) las facultades que la Constitución da a los diputados.

Segundo, este fraseo amplio de cuando “se presenten emergencias económicas en el país” es preocupante. Ante la perspectiva de lo que vivimos con el Covid-19 y la recesión mundial que se espera la pregunta sería: ¿y cuándo dejaremos de vivir “emergencia económica”?

Malpensemos un poco: ¿Y si esta fuera una manera de control del presupuesto por un largo rato y en caso de que en 2021 Morena perdiera la mayoría en la Cámara de Diputados? Se prevé que los diputados de oposición traten de juntar 33% de los votantes para presentar una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte. Si no lo logran lo podrían hacer los senadores cuando les toque su turno al bate, digo al voto.

Si AMLO sigue reuniendo tanto poder, ¿cómo podríamos llamarlo? Sin duda no le gustaría algo como “Su Alteza Serenísima”, porque es un hombre de izquierda revolucionario y además porque últimamente se enoja seguido. No le gustan ciertos “moditos”. ¿“Su Alteza Antojadísima” por su tour gastronómico del país? No. Tampoco “Soberano”, porque la soberanía es del pueblo. ¿“Máximo Jefe de la Única y Real Transformación”? Mmm, no. Quizá, ¿“Representante de la Soberanía Popular Nacional presidencial”? Ya ve que él es el único que sabe leer la voluntad popular.