Con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos el pasado 10 de diciembre bajo el lema “Reconstruir para mejorar”, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en voz de su titular Michelle Bachelet, exhortó a toda la población a sumarse a la promoción, protección y garantía de los derechos humanos porque estos representan la mejor vacuna contra los grandes males que afectan a la humanidad.
Durante el trámite de este año, mismo que nos ha marcado a todas las personas de alguna u otra forma, los conflictos existentes se han maximizado trayendo mayores problemas a los distintos sectores de la sociedad; en la salud principalmente pero también en otros sectores como la economía, la educación, la procuración e impartición de justicia, la gobernanza y la democracia.
Y sin duda estas afectaciones resultan en un evidente menoscabo a los derechos humanos de las personas, lo cual no debería ser así.
México ha tenido durante la última década un gran avance en el fortalecimiento de los derechos humanos, tanto a nivel nacional como internacional, e incluso ha participado activamente en temas de gran relevancia como la Agenda 2030 o como integrante del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo siguen faltando muchos sectores, hay mucho trabajo que hacer y mejorar.
Por ello es importante que a los derechos humanos no los veamos como algo distante de la ciudadanía y solo para un contexto jurídico o político sino que aprovechemos los espacios y la facilidad de información de hoy, a través de las redes sociales y las Tecnologías de la Información y la Comunicación, para actuar, pensar y repensar las formas en que estamos atendiendo este tipo de conflictos.
Recordemos una premisa que se ocupa en la mediación: para destrabar los conflictos hay que analizarlos desde el origen.
Diversidad
Esto nos lleva a reflexionar sobre el uso de los distintos mecanismos alternos de solución de conflictos, en especial la mediación.
A diario nos sometemos a diversos contextos y procesos en los que actuamos no de manera especializada, pero de una u otra forma nos vemos obligados a conciliar, a pactar, a negociar casi de manera natural, lo que nos permite ser protagonistas y actuar en consecuencia con nuestros intereses o necesidades.
Hoy la humanidad necesita mejores soluciones a los grandes problemas que enfrentamos, por lo cual es importante generar un ambiente y una conciencia para que cada persona no solo pueda reconstruir su realidad sino que tenga los elementos para ejercitar y exigir sus derechos, pero también para aprender a transformarse y romper con todos esos estereotipos y paradigmas que solo dañan.
Recordemos que el Día de los Derechos Humanos surge con motivo de la aprobación de la Declaración Universal de 1948, lo que representa en el mundo 72 años de grandes esfuerzos para el reconocimiento, validez e igualdad de los derechos y la dignidad de todas las personas sin distinción alguna. Logros que se han alcanzado mediante el trabajo de muchas personas y la colaboración para erradicar las violaciones, las injusticias y las desigualdades, lo que nos lleva a discurrir que como humanidad debemos entender el peso que tenemos como ciudadanía, como grupos, como pueblos para exigir el pleno respeto y cumplimiento de los derechos humanos que son inherentes a nosotros.
A manera de corolario estas palabras de la activista y política estadunidense Cynthia McKinney: “Somos mucho más fuertes cuando nos tendemos la mano y no cuando nos atacamos; cuando celebramos nuestra diversidad y así juntos derribamos los poderosos muros de la injusticia”.