SOBERBIA DE LOS LÍDERES MUNDIALES EN LA GUERRA DE UCRANIA

“El conflicto ha traído más males que buenos deseos”.

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Columnas
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Joe Biden y los miembros de la OTAN que lo acompañan se inundan de soberbia en un momento tan delicado como es la guerra. Soberbia que nos puede llevar a todos a una tercera conflagración mundial. Por su lado, Vladimir Putin encabeza una reunión en el Parlamento ruso —“su Parlamento”—, donde deja ver su soberbia en su máxima expresión.

En los siete pecados capitales la soberbia es el pecado fundamental, el cual es denominado como egocentrismo o arrogancia, deseo de protagonismo y superioridad ante los demás; una persona soberbia antepone sus deseos, anhelos, impulsos y caprichos por encima del bienestar de otros, como podemos observar al escuchar el discurso de Putin, llegando a la arrogancia de decir que Rusia abandonaría el tratado de armas nucleares, aunque en un dejo de arrepentimiento aclaró que no se estaba retirando, sino que solamente suspendía su participación en dicho acuerdo.

Fue arrogante también Biden, quien dominado por su egocentrismo y su deseo egocentrista viajó a Kiev, en una visita por demás peligrosa a la región de la guerra, que constó de una serie de presentaciones para demostrarle al Partido Republicano que no puede ni debe cancelar la ayuda a Ucrania, ya que ese instituto político amenaza con cancelarla, lo cual nos debe de preocupar a todos, incluyendo a México, porque si parase su ayuda en esta guerra se generaría un entorno peligroso en relación a todo el armamento que Estados Unidos se comprometió a entregar a Ucrania.

Los deseos, anhelos, impulsos y caprichos del Partido Republicano, con Donald Trump a la cabeza, quieren detener el compromiso tan importante con la OTAN. El peligro es que la mayoría del Congreso está en manos republicanas y el líder de esa fracción ha llegado tan debilitado desde su elección, que pareciera imposible negociar mayor presupuesto para los ucranianos.

Urgencia

Al mismo tiempo, los líderes de Alemania y Francia, el recién elegido Olaf Scholz y Emmanuel Macron, tuvieron una reunión el miércoles pasado en Múnich, buscando la concientización de Europa, donde más que soberbia hay deseos de ayuda entre todos los países para salvar y evitar una guerra en todo el viejo continente.

América Latina no tiene nada que ver en estos problemas. Solo Venezuela, Nicaragua y Cuba, que con la soberbia de sus dictadores pretenden continuar la guerra apoyando a Rusia. En África, por su lado, los regímenes de un solo líder también pretenden apoyar a Rusia.

¿Dónde entra la mediación que urge tanto en este delicadísimo conflicto que nos ha traído más males que buenos deseos?

Lo que se requiere es mediar, pero ¿qué están haciendo las naciones por la unidad para hacer a un lado a la soberbia?

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