Al inicio del mes de noviembre del año anterior se llevó a cabo la elección para presidente de Estados Unidos, en la que los participantes en turno fueron Donald Trump y Joe Biden.
En los primeros resultados de los conteos todo le favoreció a Biden, quien se perfilaba como el nuevo presidente estadunidense y tomaría el poder a partir del 20 de enero de 2021.
Sin embargo desde ese momento la actitud de su contrario, Donald Trump, no fue la mejor: ya descalificaba el proceso electoral y buscaba distintas artimañas para demorar la transición.
Recordemos que la transición al puesto con mayor poder del mundo, o al menos uno de ellos, implica la transmisión de información y de las actividades de relevancia para la siguiente administración a fin de permitir la instalación adecuada del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Todo el proceso electoral ya tenía como presidente electo a Joe Biden. El pasado 6 de enero el Congreso estaba listo para confirmar la victoria electoral de Biden pero sucedió un hecho sin igual que puso en jaque a la democracia de Estados Unidos: un asalto violento en el Capitolio por parte de manifestantes a favor de Trump para tratar de detener la sesión.
Estos disturbios terminaron con cierta contención de la policía pero con heridos e incluso muertos.
Sin embargo algo que llamó la atención fue la forma de conducirse por parte de la policía ya que si bien hubo uso de la fuerza quedan ciertas dudas en la actuación y forma endeble de imponerse contra estos grupos en comparación a manifestaciones de latinos y personas de raza negra.
Después de todas estas situaciones y las cerrazones de Trump para llevar a cabo una transferencia presidencial pacífica, y derivado de los hechos en el Capitolio, las denuncias de los demócratas no se hicieron esperar y han hecho llamamientos para destituirlo por ser el principal incitador.
Congruente
Hay en el caso de EU dos formas de destituir de su encargo a un presidente. Primero, por un juicio político (impeachment); generalmente se le acusa de un delito y se analiza y se vota en el Senado su destitución. Y segundo, por la aplicación de la 25 enmienda de la Constitución, que permite remover de su encargo a cualquier presidente cuando se encuentre imposibilitado para desempeñar sus deberes y el poder pasa momentáneamente al vicepresidente.
El Congreso de EU ya certificó la victoria de Biden. La situación de Trump para continuar en el poder es insostenible y su salida es inminente. En este último periodo de su mandato podría corregir su actuar y establecer un diálogo para tener una transición pacífica. Sin embargo en algo fue congruente desde el inicio hasta el final de su mandato: siempre se dirigió a su nación y al mundo con un discurso de odio, de división, de venganza, lo cual genera violencia.
Resulta una verdadera pena que la transición presidencial no sea pacífica por los tiempos que se han vivido y se viven. Hoy todas las personas debiéramos ser conscientes de la fragilidad de la vida y centrarnos en la unidad y no en la polarización.
El mundo ya sufre con una crisis sanitaria y económica; no permitamos que personas mezquinas, vengativas, soberbias y negadas al cambio guíen nuestros caminos. Busquemos como personas, como sociedades o como naciones tener una mejor capacidad mediadora y negociadora para la solución de los conflictos, donde el diálogo sea la principal herramienta y la paz nuestra bandera.
Finalmente en este primer espacio del año deseo expresarle mi más sincera felicitación por un nuevo año, esperando que sea mucho mejor que el anterior, plagado de salud, de abundancia, de éxitos y de paz para todos. Feliz y próspero 2021.