A TRABAJAR

“Situaciones torales para el funcionamiento del Congreso”.

Laura Quintero
Columnas
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Al iniciar el segundo periodo ordinario de sesiones del II Congreso local el grupo parlamentario del partido del Sol Azteca va por una reforma de ley para que las iniciativas que se presenten no prescriban a los 45 días y se tiren a la basura como sucedió en la Legislatura pasada, cuando quedaron dos mil 600 iniciativas sin revisar en tres años: los diputados no tuvieron tiempo para atender su trabajo.

“Vamos a tocar situaciones muy importantes, más bien torales, para el funcionamiento del Congreso. La verdad es que no sabemos todos que el Congreso de la Ciudad de México no es soberano, no es autónomo y está supeditado a los dictados de la mayoría, lo cual no es bueno para un Poder Legislativo como el de la Ciudad de México. Hay un tema que intentamos cambiar, que si logramos hacerlo será un golpe de timón en el proceso legislativo. Ya está la iniciativa firmada por varios partidos políticos. Se presentó y está en la Comisión de Normatividad”, advierte el diputado perredista Jorge Gaviño Ambriz.

Tiene razón: será un golpe de timón porque los diputados del I Congreso local se acostumbraron a faltar por cualquier motivo. Y como el grupo mayoritario de Morena contaba con una mayoría simple y calificada, sin problemas aprobaba iniciativas por consigna. Con eso creyeron cumplir con su deber, sin preocuparse por el trabajo en comisiones para atender las iniciativas que les correspondían. ¿Cómo para qué si los dictámenes preferentes se aprobaban en el pleno? Aunque con muchos errores, puesto que les tenían que enmendar la plana en el jurídico antes de publicarlos. Pero eran mayoría, pues.

“La ley establece que si en 45 días las comisiones no dictaminan una iniciativa, se dará por concluidas. Es decir, un diputado presenta la iniciativa, la turna el pleno, entra a un cajón de la Comisión o de un técnico, pasan 45 días y la iniciativa muere por disposición legal de la ley y el reglamento. Por eso proponemos quitar el párrafo de caducidad, para que las comisiones tengan la obligación de dictaminar cuanta iniciativa les llegue”, explica Gaviño Ambriz.

Así, todo un esfuerzo de investigación y horas de trabajo para elaborar cada tema, por falta de responsabilidad y compromiso con los ciudadanos se desechan sin conocer de qué se trata, si son importantes o no. Realmente los diputados impulsores de esta reforma tienen por delante un arduo trabajo de diálogo y convencimiento con sus pares de la mayoría. Aunque déjeme decirle que si por demostrar que de ellos depende la desechan, tendrán que explicar a los ciudadanos a qué van a ocupar esa silla si se niegan a desempeñar el trabajo por el que les pagan, y por cierto, muy bien. ¡Veremos!

El bolso de Laura…

Ahora déjeme contarle que se antoja muy difícil que el pleno del Congreso local apruebe el dictamen para eliminar las corridas de toros. La coordinadora de Morena, Martha Ávila, ya dijo que el tema se discutirá siempre y cuando haya una consulta ciudadana porque hay que tomar en cuenta la afectación a empleos directos e indirectos. Se dice que la Comisión de Bienestar Animal, a cargo del diputado Jesús Sesma Suárez, dictaminó ese tema de manera apresurada y la iniciativa se aprobó antes de consultar a los afectados. Por ello piden replantearla. Así que no se ven esperanzas para esa añeja demanda de miles de activistas. ¡Lástima!...