ALIMENTACIÓN ACCESIBLE

Que se asuma como prioridad la seguridad alimentaria y la comida no falte en ningún hogar.

Laura Quintero
Columnas
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Consciente de que una despensa no soluciona el problema alimentario que viven las familias en la Ciudad de México la bancada blanquiazul en el Congreso local va por la creación de la Ley de Comedores Vecinales Solidarios, que puede beneficiar a 2.7 millones de capitalinos que padecen alto índice de pobreza y no reciben apoyos del gobierno para sortear la crisis del desempleo a consecuencia de la contingencia sanitaria por Covid-19.

“La Ley de Comedores Vecinales Solidarios de la CDMX pretende dar alimentos calientes a personas sin empleo ni ingresos en momentos de emergencia o crisis sanitarias como la que vivimos, garantizando así la seguridad alimentaria con la instalación de por lo menos un comedor en cada colonia con población más necesitada”, dice el diputado panista y coordinador de su grupo parlamentario, Mauricio Tabe Echartea.

Sin lugar a dudas es una propuesta que recibirán con agradecimiento tantas familias que no tienen para comprar lo indispensable, que se quedan sin comer y escuchan con impotencia a sus hijos pedirles alimentos. Es un verdadero drama, pero es la realidad porque a sus mamás, que generalmente trabajan como empleadas domésticas, las enviaron a sus casas. A la mayoría sin sueldo. Y ahora que volvemos a la normalidad no las recontratan porque la situación ya está difícil. Y si trabajaban toda la semana, ahora las ocupan un solo día. ¡Qué difícil situación, de verdad!

“Con los comedores se busca que el gobierno organice y coordine los innumerables esfuerzos que existen, que asuma como prioridad la seguridad alimentaria y la comida no falte en ningún hogar. Hay que sumar esfuerzos en estos momentos tan críticos en que no es fácil encontrar un empleo estable ni temporal”, asegura el legislador.

Esta propuesta será de gran ayuda para muchas personas y familias que no cuentan con lo indispensable. Hemos visto cómo se saturan los pocos comedores que todavía mantiene el gobierno de la ciudad.

El costo de la ración por persona en los comedores comunitarios es de diez pesos. Y les dan una sopa o consomé, guisado, frijolitos, tortillas y agua. Y mucha gente se sienta a degustar sus alimentos mientras otras llevan sus trastos para llevarlos a casa. Pero cancelaron muchos supuestamente porque no se manejaban con transparencia. ¡Vaya usted a saber!

Tabe Echartea recuerda que “desde hace cuatro años ya existía una Ley de Comedores Comunitarios en la Ciudad de México que hoy es insuficiente para brindar los apoyos, por lo que esta nueva norma con reglas de operación y orden permitirá unificar esfuerzos institucionales y vecinales en favor de los que más lo necesiten. Por eso se instalarían en colonias o pueblos con mayor número de personas en pobreza”.

Pues sí, el caso es llegar a los más necesitados, que son muchos y en lugares accesibles. Sobre todo por las personas mayores. Y se beneficiarán muchos que actualmente no tienen para llevarse un bocado a la boca. Ahora solo falta la muestra de solidaridad de los diputados de todos los partidos que integran este I Congreso, quienes no son muy dados a aprobar iniciativas que no se le ocurren a ellos y podrían dejar pasar algunos meses para luego retomarla como suya. Y entonces sí la votan a favor. Apuéstele. Se vale. ¡Faltaba más!

El bolso de Laura…

Ahora déjeme contarle que se sabe que varios diputados ya presentaron denuncias ante el Instituto Electoral de la Ciudad de México por el proselitismo que realiza el alcalde de Tláhuac, Raymundo Martínez Vite, puesto que hay preocupación entre los vecinos porque la alcaldía está acéfala y la atención ciudadana, junto con los servicios públicos, se reduce. Hacen un llamado al instituto porque es ilegal y clandestina la propaganda política de Martínez Vite, ya que dicen utiliza recursos humanos y materiales de la demarcación.