Con la asistencia de los principales funcionarios del gobierno local, el miércoles se llevó a cabo la ceremonia de instalación de la II Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, que presidió el diputado Jorge Gaviño Ambriz como presidente de la Mesa de Decanos.
Durante el evento se entregó el Tercer Informe de labores de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, de manos del secretario de Gobierno, Martí Batres.
Enseguida el diputado Gaviño planteó que “la concepción de un mundo maniqueo: bueno y malo, blanco y negro, se exacerba en nuestro país y en nuestra ciudad. Se crispa la vida política. Se confrontan ideologías y ciudadanos. Se centraliza la discusión y se utilizan distractores que debilitan y desgastan instituciones fundamentales”.
El diputado, con una amplia experiencia parlamentaria, hizo referencia en su discurso a los hechos violentos suscitados el lunes 30 de agosto afuera del recinto de Donceles, cuando varios alcaldes electos de la Ciudad de México fueron agredidos por la fuerza pública en una innecesaria confrontación.
“Se pretende centralizar las voces, desalentar las diferencias y organizar linchamientos digitales que erosionan la libertad de expresión. Por lo que los tres Poderes en la ciudad tenemos que fortalecer el andamiaje de la concertación política. Lo que vivimos hace un par de días, cuando policías disfrazados de granaderos cercaron el sordo y mudo Congreso, donde alcaldes y alcaldesas electos se manifestaron acompañados de sus huestes, rompió el respeto y fue sumamente riesgoso para la democracia”, sostuvo.
Y tiene razón Jorge Gaviño: hay que dar prioridad al diálogo para llegar a acuerdos. En tantos años de lucha política por conquistar el poder se debió aprender que hay que dar paso a la negociación política. Los adversarios de hoy, cuando perdieron, entregaron el poder sin argucias de que hay que desvalijar las dependencias para entregar el cascarón. Simplemente aceptaron que perdieron y sin ampliaciones de plazos hicieron la transición. ¿O acaso ya se olvidó?
“El Congreso no es la arena de la lucha por el poder político. Es su resultado. Es el espacio en el que la correlación de fuerzas deviene de la voluntad popular. Es el espacio de la representación del pueblo y de las aspiraciones de la sociedad capitalina. Por lo que si el Congreso cumple con su deber el Ejecutivo hará un buen gobierno. Si hay mejores normas, mejor supervisión, el ejecutor por ende será mejor evaluado”, dijo el diputado Gaviño Ambriz.
Hace tres años Morena arrasó y nadie se quejó, porque así es la política. No supieron cómo hacer las cosas y el electorado se los cobró el 6 de junio en las urnas. Ahora deben hacer mejor su trabajo con la ciudadanía para recobrar la confianza. Pero que sea en serio, no con migajas. No a través de la despensa humillante que la gente acepta por necesidad. Deben tener presente que los ciudadanos ya despertaron. ¿O cómo ve?
El bolso de Laura…
Ahora déjeme contarle que el diputado Héctor Díaz Polanco, de Morena, fue electo para presidir la Mesa Directiva este primer año. Lo cual ya estaba cantado. Es una persona más política que muchos de sus compañeros de partido. Por esa razón se dice que lo mandaron al recinto de Donceles. Muchos esperan que logre acuerdos y consensos, lo cual será indispensable porque en este II Congreso Morena no tiene mayoría calificada y la correlación de fuerzas está casi pareja. En esta ocasión tendrán que negociar porque no van a mayoritear a los opositores. Qué lástima, Margarito… Y vaya sospechosismo que despertó el hecho de que el Tribunal Electoral, casi en la madrugada del miércoles, a unas horas de la instalación del Congreso, dejó fuera a José Luis Rodríguez Díaz de León, hombre ligado a Ricardo Monreal. El caso es que ya había sido designado coordinador de Morena y se tuvo que improvisar, pero no batallaron mucho porque decidieron que fuera Martha Ávila, quien desempeñó ese cargo en la anterior legislatura. ¡Así se llevan!...