Sobreprecios

Edificio del ISSSTE
Foto: Creative Commons
Laura Quintero
Columnas
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El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) gasta casi 120 mil millones de pesos al año en medicamentos y aunque siempre se habla de desabasto este podría ser ficticio, por lo que se analizan las adquisiciones de 2009 a 2011, en las que habría un escandaloso sobreprecio en medicinas primarias.

Esto no es nuevo, pero no se había documentado. Lo importante es saber si los ex directores tienen alguna responsabilidad. ¿Será?

¿Se imagina comprar un frasco de ranitidina o paracetamol y pagar mil pesos por cada uno de esos medicamentos? Pues uno, simplemente, no los compra, ¿verdad? El instituto sí los paga. O por lo menos los pagó de 2009 a 2011, dice el perredista Javier Salinas Narváez, presidente de la comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados.

Al legislador del partido del sol azteca de alguna manera le hicieron llegar la información. Alguna la compartió con nosotros. “Al concluir el análisis se sabrá quiénes son los responsables. La farmacia o el distribuidor. Porque al licitar se adquiere en centavos y, al final, es una cantidad irreal”, explica Salinas.

El ISSSTE, agrega, “tiene un programa conocido como Medex (medicamentos exprés), el cual consiste en que, si en la farmacia de la clínica no hay la medicina, extienden un vale para que acudan a la tienda Superissster; si tampoco lo hay ahí, entonces va a una farmacia con las que tiene convenios el instituto. Ahí es donde se eleva el precio. Al hacer cuentas, cada vale cuesta en promedio mil pesos. Trátese de medicamentos genéricos o especializados”. ¿Se imagina?

Se dice que el desabasto puede ser ficticio porque “el instituto compra en centavos, en promedio, por las cantidades enormes que adquiere. El mismo distribuidor vende a las farmacias privadas, que aceptan los vales de la institución. Ni siquiera son los laboratorios. Por lo general son distribuidores los que ganan las licitaciones”.

Pues sí, los laboratorios no participan porque no producen todas las medicinas que salen en las convocatorias: los distribuidores son los que ganan, los que hacen grandes negocios.

Estima el legislador que “este negocio puede acabar con la compra unitaria en el sector Salud y una sola institución sería la que adquiera los medicamentos de todo el sector. Lo que habrá que ver es si hay sobreprecio por el transporte. Porque deben llegar a todo el país. ¿O será el mismo costo? Ahí hay que vigilar cómo se mueven los costos”.

Y vaya que trabaja para aclarar este sobreprecio. A marchas forzadas. Veremos qué pasa. Yo se lo cuento. ¿Va?

El bolso de Laura…

Déjeme contarle que por San Lázaro se dice que la situación en las oficinas de la Secretaría de Salud es muy delicada: tratan de desplazar a empleados en edad de jubilarse y, según los malosos, arribó un ejército de personas “a despojarlos de su trabajo”, que tienen que justificar por qué cobran y lo hacen con el trabajo de los sindicalizados. La única diferencia es que cobran diez veces más. ¿Y el sindicato? ¡Por las nubes!... También se dice que se debe aplicar la ley a los maestros que siguen sin asistir a clases, que muchos tienen inasistencias que podrían dejarlos fuera del sistema educativo. Y que sus líderes lo saben, pero ellos ya se llevaron la bolsa rebosante de billetes. ¿Será?... El que anda con bajo perfil por el Senado de la República es Carlos Romero Deschamps. Sí, efectivamente: es dirigente del sindicato petrolero, pero dicen los enterados que antes de que termine el año dejará el cargo, ¡y el Senado! Que las señales que recibe directamente de un funcionario son inequívocas. El sustituto está listo, nos comentan…

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