El doctor Guillermo Ulises Ruiz-Esparza se distingue por su profundo interés en los campos de la medicina clínica, la innovación, el emprendimiento y las aplicaciones clínicas de tecnologías emergentes.
Por su trabajo científico en el 2016 El Mundo Boston lo reconoció como uno de los latinos más influyentes menores de 30 años en Estados Unidos y lo nombraron como una de las promesas de México menores de 40 años.
A sus 33 años actualmente dirige el grupo de investigación en Nanosistemas Moleculares dentro de la división conjunta de Ciencias de la Salud y Tecnología de Harvard Medical School y del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el Brigham and Women’s Hospital de Boston.
Considerado como uno de los jóvenes más innovadores a nivel mundial de acuerdo al propio MIT, Ruiz-Esparza habla con Vértigo sobre sus ideas respecto de la libertad.
—¿Qué es para usted la libertad?
—La libertad, la creatividad, la imaginación humana y la innovación son el principal impulsor del crecimiento económico de los países, no los grandes capitales financieros ni los recursos naturales. La libertad es un concepto que puede tomar muchos significados, dependiendo del enfoque que se le vea.
—¿Somos realmente libres o la libertad es solo una ilusión?
—Hoy, y durante gran parte de la historia de la humanidad, la sociedad se ha regido por reglas escritas y no escritas que influyen, estimulan o limitan el comportamiento y acciones de las personas. Estas reglas se han traducido en leyes, derechos o expectativas morales que evolucionan a través de la historia, en algunos casos brindando mucha más libertad a las personas y, en otros, limitándola.
El científico destaca que desde un punto de vista pragmático “estas reglas son necesarias para construir un tejido social responsable, respetuoso, productivo y sostenible. Se reflejan en la creación de sociedades cada vez más avanzadas, aunque en algunos casos las libertades aplicadas de manera errónea han llevado al retraso y al conflicto entre sociedades y países”.
Agrega: “Para mí la libertad perfecta es la capacidad de llevar una vida en la que se tenga el derecho fundamental a tomar decisiones propias de manera plena, con la responsabilidad absoluta de que esas decisiones no afecten de manera negativa a las demás personas de tu entorno”.
—¿Qué lo motiva para emprender en la especialidad de nanotecnología?
—Hoy es obsoleto mirar un problema desde una sola óptica: no hay verdades completas en perspectivas únicas. El hecho que me motivó a desarrollarme en el área de nanotecnología siendo médico fue la posibilidad de tener la capacidad de observar y resolver problemas clínicos combinando diferentes perspectivas. Mi trabajo y mis tecnologías se encuentran en la intersección de la biología, la ingeniería y la medicina. Y desde mi punto de vista la innovación se encuentra en la intersección de diferentes campos.
Es poco común, puntualiza, “encontrar un nanotecnólogo con visión y conocimiento clínico; de igual forma, es difícil encontrar un médico que conozca la nanotecnología y las herramientas que brinda este campo para desarrollar soluciones que pueden resolver problemas médicos”.
Liderazgo social
—¿Por qué apoyar, mediante el liderazgo social, la creación de programas de educación en ciencia y tecnología para jóvenes estudiantes?
—Que las nuevas generaciones mexicanas se interesen en la ciencia, significa esperanza para nuestro país. La ciencia y la tecnología están ligadas al desarrollo económico de una nación. Vemos ejemplos de países que han apostado a enfocar a las nuevas generaciones en campos científicos, como Japón, Singapur, Estados Unidos, India, China y otros: a la larga esta apuesta ha rendido frutos creando valor agregado, generando industrias de alta tecnología y siendo el motor principal de sus economías.
Hay que recordar, añade, “que en los sesenta Singapur era uno de los países más pobres de Asia y se encontraba al borde del colapso social, pero la apuesta para poder revertir su situación nacional fue la educación e inversión en tecnología”.
Ruiz-Esparza asegura que esta estrategia cimentó el camino que le permitió a esa nación crear un sistema de educación que enfocaba a su población en áreas científicas y tecnológicas emergentes, mientras que el gobierno creaba la infraestructura necesaria para que estas mentes pudieran desenvolverse. “Hoy Singapur es una potencia tecnológica y sigue adaptándose a las nuevas realidades y enfocando a su población en las siguientes olas de innovación que vienen”.
Afirma que México necesita crear una estrategia similar y sumamente ambiciosa para pasar de ser un país de maquila a uno que pueda generar conocimiento y nuevas industrias. “Como primer paso se tiene que revolucionar el sistema educativo, actualizando y reenfocando el currículum a las áreas científicas y tecnológicas que tendrán un crecimiento exponencial los siguientes años y que podrían impulsar la economía del país, con el objetivo de generar emprendedores o profesionistas en esas ramas”.
—¿Qué tan importante es que los jóvenes defiendan sus libertades individuales y sus derechos para tener acceso a espacios dentro de las áreas científicas?
—La ciencia es un arte que por definición está en constante búsqueda de la verdad. Con base en esto, es importante siempre buscar preservar la libertad de perseguir conocimiento independiente. En el momento en que la ciencia se mezcla con una ideología, se contamina y se pierde la libertad del individuo para crear y desenvolverse de manera productiva. Imponerle una ideología a la ciencia es peligroso, ya que la secuestra, la limita y la tuerce en aras de intereses de grupos específicos. Las nuevas generaciones debemos buscar que la ciencia tenga espacios y programas que respeten la creación de conocimiento sin que aspectos ideológicos la comprometan.
—La libertad es un fundamento esencial del desarrollo humano. ¿Cómo se conjugan ciencia y libertad para crear sociedades más pensantes y conscientes de su entorno?
—La ciencia juega un papel fundamental en la historia de la humanidad, en el desarrollo de la sociedad en general y la concepción del lugar que ocupa nuestra especie en su entorno. La libertad de perseguir la verdad por medio de la ciencia es algo que debemos valorar y que, como la democracia, no siempre ha estado presente.
Para Guillermo Ulises Ruiz-Esparza “es importante no mezclar o contaminar la ciencia con ideologías, ya que las ideologías deben tratarse como entes independientes a la ciencia y que aportan otros aspectos a la humanidad. De otra forma, se corre el riesgo de la pérdida de la libertad y surge el potencial impacto negativo en el desarrollo social, económico y tecnológico de nuestra civilización”.
Perfil
Guillermo Ulises Ruiz-Esparza nació el 29 de agosto de 1988 en Aguascalientes, Aguascalientes. Actualmente se desempeña en el Centro de Ciencias de la Salud y Tecnología de la Universidad de Harvard, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y en el Hospital Brigham and Women’s, donde desarrolla terapias con base en nanotecnología. En 2014 Singularity University de Silicon Valley le reconoció como uno de los Gifted Citizens, formando así parte de una generación que representa a las 30 personas más innovadoras del mundo con proyectos capaces de impactar a más de diez millones de personas en los próximos años.