“LOS LIBERALES DEFENDEMOS LA INNOVACIÓN Y LA INCLUSIÓN”

Nuestra ideología entiende que uno es autor de su propia vida.

Hector González
Columnas
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Entre las instituciones que promueven el pensamiento liberal la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad es de las más prestigiosas. Fundada hace más de 60 años en Alemania tiene representación en 60 países, incluyendo México, donde la encabeza María José Salcedo, una joven que reconoce que la ideología que abandera promueve un sistema de valores por encima de un modelo económico.

—¿En qué consisten los trabajos de la Fundación Friedrich Naumann?

—Es una fundación política liberal alemana creada en 1958. El país no quería regresar a lo que fue el nazismo y la guerra. Por eso promovió la educación política y el valor de la participación ciudadana. Crearon un sistema que representa los diferentes tipos de pensamiento y da vida a diversas fundaciones. No existe algo similar en ningún otro país. Se crearon cuatro fundaciones, entre ellas la Friedrich Naumann para la Libertad, que comparte la visión del Partido Demócrata Alemán, aunque es totalmente independiente. Nuestra agenda en los 60 países donde tenemos presencia es el liberalismo como una ideología política.

—En América Latina, ¿cómo trabajan?

—Tenemos representaciones en México, Tegucigalpa, Lima y Buenos Aires. En la región todavía hay quienes ven al liberalismo como solo un agente capitalista. Sin embargo nosotros lo promovemos desde una perspectiva cercana a la de Isaiah Berlin, quien lo entendía como la posibilidad de ser autor de tu propia vida. Promovemos una sociedad abierta y plural, donde podamos encontrar alternativas que a todos nos funcionen. Por eso abanderamos democracias representativas donde todos los individuos sean escuchados. En México lo hacemos a partir de cuatro ejes: Estado de Derecho, libertad de mercado, migración y educación política. En los últimos años hemos sumado un proyecto de ciudades inteligentes vinculado al cambio climático.

—¿Qué tan asumida se encuentra la ideología liberal en la región?

—La venezolana María Corina Machado reconoce que implementar la ideología liberal en América Latina es todo un reto. No obstante advierte que hay una generación de talento joven muy interesante que nos alerta sobre la importancia de no caer en los errores del pasado.

América Latina, agrega Salcedo, “ha padecido muchas dictaduras y es una región donde todavía predomina el machismo. Superar ambos problemas representa un reto y de ello deriva que el liberalismo aún se entienda como la extracción de riqueza para la formación de monopolios. Nos sigue haciendo falta humanizarlo. No solo se trata de riqueza económica sino de capacidades y libertades para hacer lo que cada quien quiera. El giro hacia regímenes populistas ha dificultado la reflexión en este sentido. Necesitamos eliminar la polarización”.

Valores

—El presidente mexicano se asume como liberal. ¿Ustedes coinciden con él en la definición del término?

—Él se asume como liberal, es verdad, pero solo se refiere a los intereses de un grupo nada más: los pobres. Esto no es malo pero el liberalismo es una cuestión de valores, no solo de un sistema económico. Nuestra ideología entiende que uno es autor de su propia vida. Hablamos de individualismo, pero no desde un rasgo egoísta sino entendido como un sistema donde cada persona importa y vive como quiere. Mientras que para el socialismo todos somos iguales, nosotros defendemos la idea de que cada quien forja su destino. Sumamos, además, valores como la tolerancia y la paz. No hay cabida para el clasismo ni el racismo. En México nos falta entender que podemos diferir en ideas sin que eso signifique confrontación.

—¿Cómo superar la confusión entre lo que la fundación promueve y lo que se entiende desde la esfera política?

—La confusión inició con el neoliberalismo mal entendido. Promovió la falta de competitividad entre las empresas y fortaleció a los monopolios. El liberalismo es una gran tienda de campaña donde entran los libertarios y los liberales sociales. Hay una discusión interna incluso pero que se dirime con respeto. En México nos falta exigir, como ciudadanos, la existencia de programas no asistencialistas y que en cambio promueven el desarrollo de las capacidades personales. Para la mayoría lo más fácil es dividir las cosas en blanco o negro, de ahí la confusión alrededor del liberalismo.

—¿Cómo se inserta la agenda liberal en la pandemia y la pospandemia?

—Cuando la pandemia tuvo su auge en Alemania nuestros colegas se hicieron esta pregunta ya que nos encontramos en un escenario contrario a lo que promueve el liberalismo. En realidad no nos fuerzan a encerrarnos. El confinamiento en su momento se ejerció como un respeto a la mayor manifestación de la libertad, como es el derecho a la vida. Los regímenes populistas, como el de Hungría, se aprovecharon de la situación para incrementar su control y nos toca a los liberales alertar que no podemos permitir excesos que nos limiten.

—¿Cómo empata la agenda liberal con la resiliencia y el cambio climático?

—El liberalismo se moderniza y empieza a apuntar hacia los avances tecnológicos que beneficien al medio ambiente. Desde la fundación trabajamos en proyectos de ciudades inteligentes y que ponderen la resiliencia. Los liberales defendemos la innovación y la inclusión: si esta no llega a todos, no está funcionando. Me parece que si no trabajamos con las nuevas generaciones estaremos perdidos.

—¿Ve sensibilidad en la clase política mexicana con la agenda liberal?

—En algunos sectores hay disposición para entablar el diálogo. En México los políticos todavía se sienten todopoderosos. Creo que nos falta organizarnos como sociedad civil.

RECUADRO

Perfil

María José Salcedo nació en la Ciudad de México. Es licenciada en Relaciones Internacionales por el ITAM y cuenta con una maestría en Economía Política Internacional por la Universidad de Kassel en Alemania. Colaboró con la Fundación BMW Herbert Quandt en Berlín. Desde 2018 es coordinadora del Proyecto México de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, desde donde se coopera con organizaciones de la sociedad civil, think tanks, universidades y estudiantes, para divulgar la educación cívica, democrática y liberal por medio de conferencias, talleres y cursos.