“COMPARTIR LA LIBERTAD EN LUGAR DE CORTARLA”

Martha Mejía
Columnas
VIVIR QUINTANA GÉNERO RANCHERO AZUL

Vivir Quintana, compositora, cantautora, activista y creadora de Canción sin miedo, que muchos consideran como himno por excelencia del movimiento feminista en Latinoamérica, platica sobre la violencia de género y el empoderamiento femenino.

—¿Qué significa para ti que Canción sin miedo se haya convertido en un virtual himno del feminismo?

—Siento un profundo agradecimiento hacia las compañeras que han adoptado la canción como suya, así como una profunda tristeza de que se tengan que seguir cantando este tipo de temas porque en lugar de mejorar las cifras de violencia de género van en aumento. Entonces, siento ambas cosas que a la vez se traducen en querer seguir haciendo música de resistencia.

—¿De qué forma haces activismo?

—Por medio de la música, con letras que acompañen a los movimientos sociales, sobre todo al feminista; pero también apoyando al discurso en la práctica. Por ejemplo, me llegan casos de niñas y adolescentes, ya sea que se acerquen al terminar mis conciertos o por redes sociales, porque tienen un tema de violencia sexual y no saben qué hacer; en este sentido tienes que estar superpreparada. No quiere decir que lo sepa todo, pero me apoyo en una red muy grande de compañeras que he ido conociendo a lo largo de mi vida y que gracias a ello hemos brindado todo este apoyo.

Y es que, puntualiza, “de nada sirve aventar esta canción, que se cante en las marchas, en las fiscalías, cuando se va a dictar sentencia, cuando se busca una audiencia para compañeras que han sufrido tentativa de feminicidio o para las madres que buscan justicia para sus hijas en los casos de este delito… es decir, no tiene caso que la cante si no está respaldada por la acción. Para mí es una forma de apoyar al movimiento, es una de las herramientas que podemos usar juntas, un granito de arena que puedo y quiero aportar para que las cosas cambien, ya que si se soluciona un solo expediente, un solo caso, entonces vamos avanzando.

Oportunidades

—¿Cómo vives este empoderamiento de la figura que representas dentro del movimiento feminista?

—Con mucho respeto y amor. A veces también con temor, porque estamos en un país que no cuida a sus defensores ni a sus defensoras. Estamos tratando de vivirlo desde la paz, midiendo las aguas, pero también con mucho trabajo personal a través de terapia, acompañada desde distintas redes de apoyo y de todo mi equipo.

—¿Hacia dónde va el proyecto musical que encabezas?

—Primero déjame decirte que todas mis canciones hablan de amor. En este sentido, trato con todo el corazón de hacer canciones más amables, más justas, más amorosas. Pero no desde ese amor romántico, apasionado y loco que nos enseñaron, sino desde un amor más bonito, más sano, en el que aprendamos a compartir la libertad en lugar de cortarla: es lo que busco con la música.

Por otro lado, dice Quintana, “quiero que el proyecto crezca muchísimo para continuar apoyando a compañeras que también se dedican a la música, ya que a veces solo necesitamos ese empujón. A mí Mon Laferte me lo dio, me apoyó y me sigue apoyando en mi carrera. Ha sido una maravillosa maestra. Y a mí nada me cuesta darle oportunidad a una compañera para que cante una de sus rolas y que así alguien más la conozca. También hemos donado guitarras a niñas que tienen la inquietud de aprender, pero no los recursos”.

Otra forma es “brindarles oportunidades de trabajo a compañeras, ya que están supersesgadas las oportunidades laborales para las mujeres dentro de la industria. A veces decimos: ‘No sé si una ingeniera de audio funcione igual que un ingeniero’. ¡Claro que funciona! De hecho este año hicimos un concierto en el Teatro de la Ciudad donde el staff, la música, la producción, todo lo hacíamos mujeres. Hasta nos dieron un reconocimiento por ello. En este sentido quiero señalar que la colectividad es un medio por el cual puedes cumplir tus sueños y el de las demás personas”.