“CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO, PRESUPUESTOS ESPECÍFICOS”

Lo Que Yo Quiero con Elvia Arzate

Martha Mejía
Columnas
Elvia Arzate, Directora de Controla Tu Gobierno.jpeg

Elvia Arzate, experta en rendición de cuentas, directora ejecutiva de Controla tu Gobierno, platica en entrevista por qué es importante dotar a las organizaciones civiles feministas con herramientas que les permitan supervisar el buen funcionamiento de las instituciones que tienen como objetivo la protección de los derechos humanos de las mujeres.

—¿Cómo trabaja Controla tu gobierno?

—Capacitamos a las organizaciones que acuden a nosotras sobre cómo se asignan los recursos públicos. Les ayudamos a utilizar las herramientas de acceso a la información y en su caso a hacer denuncias. Por ejemplo, ante la Auditoria Superior de Justicia de la Federación (ASF). Lo que hicimos fue proponer una agenda para que estos temas se discutan y que los funcionarios públicos tomen decisiones, se den cuenta del incremento de la violencia hacia las mujeres, la falta de recursos y la necesidad de aplicarlos de manera adecuada.

—¿Con cuántas organizaciones feministas trabajan y qué temas en particular tratan?

—Con seis. En la Ciudad de México colaboramos con Elige y Balance, que son dos organizaciones de jóvenes. Elige trabaja sobre violencia digital, ellas identifican que las mujeres de entre 18 a 30 años son las más vulnerables en los espacios digitales; entre sus demandas está el financiamiento para volver a activar el módulo de ciberacoso que puso en marcha el INEGI en 2019 y que dio muy buenos resultados.

Otra organización es CLADEM México. “Está en Jalisco; ellas a través de un informe que obtuvieron por vía de la transparencia identificaron que el número de feminicidios en aquel estado aumentó de una manera terrible: hasta el 8 de julio de este año se identificaron 143 víctimas y mil 609 casos de víctimas de violencia sexual; de estos, mil 418 son de abuso sexual infantil y 191 a mujeres adultas. También se calcula que por cada caso que se reporta existen ocho que no lo hacen. A partir de esta información las organizaciones exigen políticas públicas que justamente ayuden a prevenir y sancionen este delito, porque pareciera que hay una política de simulación”.

Garantías

—En este contexto ¿qué hacer, cuál es la recomendación?

—Lo que proponemos es un proceso de interlocución; es decir, a partir de estos datos reales y oficiales se debe poner el tema en la mesa y exigir que esto se traduzca en presupuestos específicos, etiquetados y transparentes para prevenir justamente este tipo de violencia y que las organizaciones civiles puedan vigilar que los recursos se apliquen correctamente, porque ese es otro de los problemas. En los últimos diez años, de acuerdo con datos de la ASF, las cantidades que se asignaron para combatir la violencia de género no son nada despreciables: se invirtieron 364 mil 158 millones de pesos, un promedio de 33 mil millones al año; y de eso casi 97% se va en gastos de operación. Esto significa edificios, salarios, fotocopias. Solo 3% se destina a atacar estos problemas tan graves que tenemos. Esto se debe a una desarticulación entre todas estas instancias, en los gobiernos estatales, municipales, es decir, quienes aplican las políticas públicas.

En Hidalgo, ejemplifica Arzate, “faltan recursos para la aplicación de la NOM-046 para el aborto terapéutico. No sabemos si no hay recursos para llevarlos a cabo o si se asignaron y se desviaron. Entonces necesitamos vigilar perfectamente esos recursos y si no se ejecutan hacer una denuncia, solicitudes de la información y exigir que las dependencias que se encargan de estos temas sean transparentes. Justo en época de pandemia, como las instituciones estuvieron cerradas, nos ha costado mucho conseguir la información. Tres municipios de Hidalgo a los que se solicitó no dieron respuesta sobre los procesos para garantizar a las mujeres un aborto terapéutico resultado de una violación”.

En este sentido “lo primero que debemos hacer es articularnos como sociedad civil para saber cómo se bajan los recursos, puesto que cuando se bajan de nivel federal a estatal pasan desapercibidos. Necesitamos prepararnos para garantizar que los presupuestos se destinen a las acciones donde deben aplicarse”.