Xóchitl Vizcarra López, líder y fundadora de The language collective, explica la importancia de impartir educación con perspectiva feminista a la par de crear empleos que contrarresten y eviten la violencia económica y laboral hacia las mujeres.
—¿Qué es The language collective?
—Somos una colectiva que imparte clases de diversos idiomas con perspectiva feminista a costos solidarios. Nuestro objetivo nació a partir de la necesidad y el gusto por enseñar. En este sentido el dominio de un idioma puede ser para nuestras alumnas una oportunidad económica, académica o de cualquier otro tipo.
El proyecto, explica, “inició en 2020. Después de trabajar en varias escuelas comencé a laborar individualmente dando clases de inglés. Entonces me di cuenta de que en plena pandemia colegas ofertaban sus clases por muy poca paga y decidí crear una plataforma en la que podía compartir algunas de mis alumnas con ellas. Otro tema que observé fue el de profesoras muy preparadas, pero consideradas ya grandes para el mundo laboral, que tampoco encontraban trabajo. También tuvieron cabida aquí. Todas ellas llegaron a este espacio donde podemos convivir, primero como colegas y después como amigas, para trabajar, pero también crear nuestros proyectos individuales y hacer activismo feminista desde nuestra trinchera”.
—¿Por qué la educación que imparte es solo para mujeres? ¿Qué la llevó a segmentarlo de esa forma?
—Ya existen muchos espacios mixtos, desde la escuela pública hasta las particulares. Actualmente, con el auge que hemos tenido con este repunte del feminismo, las mujeres estamos en busca de espacios donde podamos compartir no solo lo referente a la educación sino también a las ideas, los valores. Lugares donde seamos escuchadas, valoradas y tengamos igualdad de opiniones. Esta equidad de la valía se supone debería estar en todos los espacios. Desafortunadamente suena todavía utópico.
Añade Vizcarra que “la mayoría de quienes conformamos la colectiva hemos vivido experiencias negativas. Muchas de las profesoras han padecido violencia de género sicológica y hasta física. Entonces optamos por hacer de este espacio, aunque sea virtual, un lugar donde podamos ser nosotras”.
Medios
Por otra parte, dice, “la idea es brindar un aprendizaje a un costo accesible para todas aquellas mujeres que quieran aprender una lengua extranjera, que las alumnas puedan conseguir un mejor trabajo, un ascenso, una beca para la maestría o el doctorado. Para este año tengo muchos proyectos que incluyen clases de inglés avanzado, becas, certificaciones. Me gusta innovar para la comunidad y cerrar la brecha en ese sentido”.
—¿Por qué comprender y hablar una lengua extranjera empodera a una mujer?
—Sabemos que aprender un idioma no es una misión nada barata. Las escuelas especializadas por lo regular son poco accesibles y son pocas las que en realidad brindan pagos justos a sus profesoras. En este sentido la colectiva hace esa doble función: brinda trabajos competitivos para unas y clases asequibles para otras. Nuestras alumnas por lo general buscan no nada más escalar de puesto, sino poder relacionarse con otras empresas y así crear redes laborales más fuertes. Yo les digo: ‘El inglés no les traerá mucha cultura pero sí mucha tecnología, muchos medios para lograr las cosas; en sí abre muchas puertas’. Aunque también hay quienes vienen por el inglés y se quedan por el francés, alemán, portugués o hasta el chino. Creo que como mujeres mexicanas tenemos muchas más oportunidades si dominamos un idioma, principalmente el inglés”.