Enma Obrador Garrido Domínguez, abogada feminista especialista en violencia de género, socia fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Abrazando a México (AMAM) e integrante de la Red de Mujeres y Organizaciones Feministas del Estado de México (Remufem), platica sobre la importancia de la impartición de justicia con perspectiva de género.
—¿Cuáles son los temas de violencia de género más recurrentes que usted atiende?
— Casos de violencia sicológica, económica, patrimonial; todos ellos en el ámbito familiar. Incluyen las relaciones de pareja. La mayoría de los casos son de padres que no quieren dar alimentos a sus hijos e hijas, argumentando que la mamá tiene trabajo y aunque este sea muy precarizado señalan que ellos no necesitan dar ese recurso. También hay padres que no reconocen la relación de paternidad. Otros casos que llevamos tienen que ver con la guardia y custodia. En este sentido trabajamos para hacer incidencia y que se pueda regular la violencia vicaria.
—¿Qué es la violencia vicaria?
—Se da cuando los padres varones suelen utilizar a los hijos y a las hijas como una forma de presión o para castigar a las madres, de vengarse porque no se quedaron en la relación aguantando una gran carga de violencia emocional y hasta física, porque ella inició los trámites de divorcio o porque salió del hogar. Entonces los padres varones buscan quedarse con la guardia y custodia de los hijos, quitárselos a las madres, quienes viven bajo una amenaza constante que muchas veces no les permite salir de los círculos de violencia debido a la intimidación y los chantajes persistentes.
—En este sentido, ¿la impartición de justicia ha evolucionado en favor de las mujeres?
—Por supuesto. Y esto ha sido producto de muchos años de lucha del movimiento feminista y de las incidencias, tanto en los marcos normativos nacionales como en los estatales, para poder tipificar los tipos de violencia señalados en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Se avanza en ese sentido, se toman medidas desde capacitación hasta sensibilización al personal judicial, a los jueces y juezas, para que puedan dar atención desde la perspectiva de género y desde la escuela judicial.
Faltantes
—¿Qué es juzgar con perspectiva de género?
—Evaluar todos los elementos y categorías que se presentan por parte de la fiscalía que ponen a las mujeres en desventaja con respecto de los hombres. Es poder analizar desde una perspectiva donde se puedan identificar las violencias de género, las consecuencias de estas y el daño que produce en las víctimas, que generalmente es un daño sicológico. Por ejemplo, muchas veces no se inician carpetas de investigación por daños sicológicos, sino por lesiones. Toda esta estructura existe porque el sistema de justicia es uno de los pilares más fuertes del sistema patriarcal, en el que prevalece una visión androcentrista de la justicia y de la aplicación de esta.
—¿Qué falta con respecto de políticas públicas en materia de género?
—Nos falta mucho. Por ejemplo, la alerta de violencia de género ha sido un embudo porque no se ciudadaniza y deja de ser una medida emergente. El problema radica en que no hay participación de la ciudadanía. También está la forma en que se organizan los municipios: ahí se dan puestos y cargos por compadrazgos; se trata de compromisos políticos que llegan a las presidencia municipales y no se garantiza que por lo menos los servidores públicos tengan preparación en perspectiva de género. Es decir, se trata de tener una mayor profesionalización y especialización para la atención de la violencia contra mujeres.