Futbolista profesional, tricampeona con Tigres, primera mexicana en llegar al club francés Olympique de Marsella, ganadora del Premio Mujer Tec y cofundadora de Impulse AC, organización que apoya a estudiantes deportistas de escasos recursos para terminar sus estudios, Cristina del Carmen Ferral platica sobre cómo cerrar la brecha de género dentro del ámbito deportivo.
—¿Cuáles son las barreras de género que has vivido en el futbol?
—Cuando empecé a jugar futbol en Tampico no existía un equipo femenil, así que tuve que jugar con hombres: esa fue la principal barrera. Ya adolescente comencé en el equipo del Tec de Monterrey. Entrenaba todos los días y eso fue lo que me ayudó a tener un lugar en la Sub 17 para luego ir al Mundial. En Monterrey me gané la oportunidad de irme a la Universidad del Sur de Florida, en Tampa. Luego me surgió una nueva propuesta estudiantil del Tec, ahora con una maestría, para después firmar con el Olympique de Marsella como profesional.
Entonces, puntualiza, “creo que toda esa disciplina me ayudó a fortalecer mis habilidades, pero esa rutina de estudiante deportista no es nada fácil porque además tienes que rendir en dos lados. Eso se los reconozco mucho a las estudiantes deportivas actuales y las motivo para que así sigan”.
—¿Cómo se dio la apertura para que ahora exista una liga profesional femenil?
—Hace seis años no había una liga de futbol femenil en México y hoy es una de las más seguida a nivel mundial. No obstante, esto fue gracias a un estatuto que impuso la FIFA. En México se había intentado años atrás, pero no había la educación indispensable sobre lo que es el futbol femenil. Por ejemplo: quién las va a entrenar; dónde será el vestidor, porque solo había espacios para hombres; quién se hará cargo de la logística, de los salarios… Es decir, no había la infraestructura necesaria. En este sentido influyeron mucho las decisiones de FIFA para poder iniciar en México.
Actualmente, añade Ferral, “ya hay un compromiso por parte de los clubes que no solo se queda en la cancha: muchos equipos también apoyan con los estudios (te dan escuela), como si fuera algún tipo de pago, por ejemplo”.
Rendimiento
—¿Cree que sea equitativo el trabajo de una mujer futbolista profesional respecto al de los hombres en cuanto a salarios, espacios y apoyos?
—No. Definitivamente la brecha salarial aún es muy grande. También influyen mucho el tema del patrocinio y la entrada que se registra en los estadios. Esa brecha todavía sigue. En cuanto a cuestiones de marketing, de anuncios de marca, también: las marcas apenas comienzan a apostar al futbol femenino. Pero sí hay un cambio notorio.
—¿Qué falta para cerrar la brecha en cuestiones de género en el deporte?
—Creo que va de la mano con el marketing que, en este caso, le toca al futbol femenil. Es decir, el área de los patrocinios y también el compromiso de las instituciones para que todos los clubes de México brinden apoyo para dar el siguiente paso que como futbolistas profesionales muchas veces no tenemos: un salario suficiente como para, por ejemplo, podernos ir a entrenar en carro. En este sentido es muy importante el apoyo que puedan brindar las instituciones deportivas para que cada futbolista que conforma la liga pueda tener un mejor rendimiento y las preocupaciones sean solo las de la cancha.
—¿Qué es Impulse AC, cómo trabaja?
—Es una asociación civil que hice junto con unas amigas de Tampico. Las cuatro estuvimos en el Tec de Monterrey, donde fuimos estudiantes deportivas. Por ello entendemos perfecto las necesidades que enfrentan otras. Ese punto en el que dices “me salgo y me meto a trabajar o qué hago porque no me pagan por estar representando a un equipo de una institución privada”. Nosotras pasamos por esa etapa y decidimos brindar apoyo para alentarlas, motivarlas y que puedan seguir con sus estudios y su deporte, que no lo dejen, no lo suelten y logren todos sus propósitos.