Alicia Girón González, feminista, economista, ex presidenta de la Asociación Internacional para la Economía Feminista (IAFFE, por sus siglas en inglés), académica e investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, platica en entrevista por qué la crisis sanitaria y económica que atravesamos afecta más a las mujeres.
—¿Qué es el feminismo?
—Es la lucha por la equidad. Principalmente se manifiesta en el sistema capitalista. Busca igualdad entre ambos géneros y, por lo tanto, defiende los derechos de las mujeres. Podríamos hablar de cuatro olas del feminismo: una de ellas, quizá la más importante, es la que vivimos en estos momentos, es el despertar, sobre todo de las mujeres, dadas las condiciones de inequidad que existen al interior de la unidad familiar. En este sentido me gustaría retomar el libro de Simone de Beauvoir, El segundo sexo, donde habla de que al menos en las culturas occidentales que parten de la Biblia Dios crea al hombre y después, de una costilla, crea a la mujer. Desde ahí se asienta una dependencia de la mujer hacia el sexo masculino. Después, si uno hace una lectura más profunda, señala que la mujer desobedece (le da a probar la manzana al hombre) por lo cual se le castiga con el hecho de tener a los hijos. Esto es terrible. En este sentido me parece fundamental cuestionar lo que señala la Biblia, pero también cuestionar las relaciones patriarcales.
—¿Por qué la crisis económica por la que atravesamos afecta más a las mujeres?
—En estos momentos hay una crisis mundial de cuidados, de economía de la vida. ¿Y qué es una economía de la vida? Que las mujeres están en desventaja porque estamos confinadas, pero al mismo tiempo tenemos que trabajar, cuidar a los enfermos, cuidar y educar a los hijos y nietos, sobre todo ahora con las clases virtuales. Esta crisis de cuidado, como la llaman algunas economistas feministas, está ligada con las políticas de austeridad que hemos tenido desde los setenta. Austeridad es una palabra que no debería aplicar ningún gobierno ya que implica la reducción del gasto público, principalmente en educación, salud e infraestructura. La austeridad lo que hace es profundizar las desigualdades y sobre todo que el trabajo recaiga en las mujeres.
Herramienta
—¿Qué tendría que contener una buena política pública en materia de género?
—En primer lugar destinar más presupuesto al gasto público. Dentro de este se debe aplicar más a la educación y a la salud. Esto es importantísimo porque parte de una buena educación implica que te cuides mucho más y tengas mejor salud.
—En su opinión ¿por qué crece la violencia contra las mujeres?
—Cuando las mujeres entran en el proceso económico y comienzan a tener ingresos, ya sea en la economía formal o la informal, esto afecta terriblemente a la cultura machista que tenemos en México, en América Latina y en muchos otros países del mundo. Sucede cuando las mujeres empiezan a sobresalir. Se da porque la mujer de alguna manera cada vez tiene mayor acceso a la educación, a mayores oportunidades, que no son las ideales o las tradicionales, y eso crea un clima de violencia. Por eso es que la educación es sumamente importante: esta herramienta no solamente es para las mujeres sino también para los hombres.
—¿Cuál es la recomendación para contener esta situación?
—El proyecto de austeridad del actual gobierno ha reducido 75% el presupuesto de Inmujeres y también ha desaparecido dentro del anexo 13 (Anexo de Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres) programas específicos para las mujeres. Estoy comprometida con que debe haber presupuestos con enfoque de género desde que nacen las niñas hasta que crecen. Debe haber políticas con enfoque de género, que son acuerdos que se han tomado en Naciones Unidas y de las que México forma parte.