Vianney Martín del Campo Vera, abogada feminista por la UNAM, especialista en Derechos Humanos y Género, platica sobre cómo hacer frente a la violencia de género.
—¿El acceso a la justicia es equitativo?
—Está documentado que las mujeres gastan más en representación legal en comparación con los hombres, además de que por el mismo tipo de delito ellas enfrentan penas más severas que ellos. El derecho es patriarcal por su propia naturaleza. En este sentido estoy convencida de que las abogadas feministas tenemos ese compromiso de hacer lo que llamo un “caballo de troya”, es decir, entrarle al Derecho desde una perspectiva de género, las mujeres necesitamos mucho más en el aspecto jurídico y es parte de mi lucha. Por eso decidí representar solamente a mujeres.
—¿Cómo reaccionar ante un delito relacionado con violencia de género?
—Lo primero es buscar una red de apoyo: una amiga, la mamá, la prima, que pueda acompañar a la víctima y ayudarla, ya que este tipo de delitos tiene una carga emocional sumamente fuerte y dolorosa.
Después, dice, “hacerse de una asesoría jurídica, quizá privada, ya que en lo público se ha visto en diversos casos que no hay muchas personas que tengan esta instrucción de perspectiva de género. Me ha tocado llevar muchos casos donde en las fiscalías generalmente hombres, aunque también mujeres porque mujer no es sinónimo de perspectiva de género, mal orientan a las víctimas. Les dicen: ‘Esto es muy común, para qué denuncian si no tienen ninguna prueba’. Cabe destacar que este tipo de delitos conllevan algo que se conoce como ‘hechos ocultos’, es decir, una violación, corrupción de menores, abuso sexual, no se hacen en forma pública, por eso se les llama así”.
Por todo ello, indica Martín del Campo, “se le debe dar prioridad a la declaración de la víctima. Esto se concatena casi siempre con un peritaje sicológico y con la declaración de algunos testigos sobre los hechos y otro tipo de pruebas que pueden poner al agresor en su lugar. Y lo tercero es que también deben buscar acompañamiento sicológico profesional”.
Lagunas
—¿Qué hacer ante la violencia contra las mujeres en lo digital?
—Para ello tenemos la Ley Olimpia, que propiamente no es una ley: se trata de un conjunto de reformas legislativas dirigidas a reconocer la ciberviolencia y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual a través de medios digitales.
No obstante, “con ella todavía tenemos muchas trabas. Lo primero es que al reportar la cuenta a la red social, si esta baja la información ya no tenemos evidencia, por lo cual el delito queda impune. Entonces lo primero que deben hacer es denunciar; de ahí las remiten a la Unidad de Investigación Cibernética, donde se documenta el caso y por instrucciones del Ministerio Público pueden bloquear toda esa información”.
El segundo problema es que la mayoría de las oficinas de redes sociales están en el extranjero, por ejemplo Twitter en San Francisco: el Ministerio Público debe mandar la queja a la matriz o la oficina central, que están en Estados Unidos. La policía cibernética en México lo único que puede es sacar la URL, pero eso no da la ubicación de la persona que subió la información, solo la liga. La única que tiene ese dato es la red social. Entonces, cuando el Ministerio Público le pregunta a la red social, tú te imaginarás si contestan.
—¿Por qué estas lagunas?
—Porque se trata de un delito relativamente nuevo, se acaba de configurar y obviamente el procedimiento tiene que ver mucho con tecnología y tenemos muchas deficiencias ahí. De entrada se tiene que hacer un convenio, comprometer a las redes sociales a tener un tipo de enlace o alguna unidad aquí en México que pueda resolver todo este tipo de cuestiones, porque si no nos quedamos sin pruebas.