Cuando la suspicacia aparece

Lourdes Mendoza
Columnas
Adriana Dávila, senadora del PAN
Foto: Cortesía

El pasado jueves 23 de mayo se llevó a cabo en el Senado una mesa de trabajo en la que las comisiones contra la Trata de Personas de las cámaras de Diputados y Senadores se reunieron con algunas asociaciones de la sociedad civil involucradas en el combate a este delito.

Entre otras, en la reunión estuvieron las diputadas Crystal Tovar y Loreta Ortiz Ahlf, así como la senadora Adriana Dávila, presidenta en la cámara alta de la comisión Contra la Trata, quien pidió que no existieran suspicacias acerca de la forma en que las distintas asociaciones participarían en la mesa de trabajo.

Así, pues, durante más de tres horas, casi 20 agrupaciones hicieron una exposición de su labor y dieron sus comentarios sobre la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos delitos.

La mayoría coincidió en que, aunque la legislación vigente es perfectible, es necesario exhortar al Ejecutivo para publicar el reglamento correspondiente, que debió publicarse hace 250 días, y buscar la armonización de la ley en todo el país, así como su instrumentación, pues mientras se sigue postergando, miles de víctimas continúan padeciendo las consecuencias de esta nueva forma de esclavitud.

Contradicciones

Hasta aquí todo iba muy bien “pero”, y “convenientemente”, el cierre de las participaciones corrió a cargo de la representante de la Coalición Internacional Contra el Tráfico de Mujeres y Niños de América Latina y el Caribe, quien de manera agresiva aseveró que mucha gente le metió mano al proyecto de ley, que la echaron a perder por proteger intereses, y que la utilizaron para fincar una campaña electorera, por lo que no firmarán ningún manifiesto para pedir que se publique el reglamento, mientras no se modifique la ley.

Pero esto no fue todo: luego, en sus conclusiones, la senadora Dávila, palabras más, palabras menos, dijo que ya se trabaja en cuáles partes de la ley se deben reformar: “El tema no es a cuántas víctimas vamos a proteger, sino cómo vamos a hacer para que no haya más víctimas… Tenemos la apertura para escucharlos a todos, pero tenemos posiciones muy claras respecto a lo que queremos hacer”.

Es entonces cuando aparece la suspicacia y surge la pregunta: ¿para qué se convoca a una mesa de trabajo con las organizaciones de la sociedad civil si ya se tiene tomada la decisión de modificar, a su entendido, la Ley General y retrasar la armonización en los estados o publicación del reglamento? Por lo que esperamos una respuesta que satisfaga al grueso de las asociaciones, que de forma altruista han dedicado sus esfuerzos a rescatar y reinsertar a las víctimas en la sociedad, y a los padres y familiares de todos aquellos que continúan en manos de la delincuencia organizada.

Y como estilo mata carita…

Senadora Dávila, por lo que dijo, entiendo que quiere evitar que haya más víctimas… pero, ¿y las que hoy a gritos piden ayuda, no le preocupan?