Bajo la misma tónica con que la 4T ha ido desapareciendo programas sociales emblemáticos del asistencialismo gubernamental en México se presentó la nueva iniciativa de reforma a la Ley del Infonavit que propone entregar créditos para vivienda “sin intermediarios”.
En resumidas cuentas es el mismo argumento por el que se han eliminado otros tantos programas sociales como Estancias Infantiles, Seguro de Vida para Jefas de Familia, Cuartos Rosas y Comedores Comunitarios, entre otros, con el supuesto objetivo de beneficiar directamente al pueblo.
Llámele como usted quiera pero es una nueva forma de clientelismo, como el que aplicaba el PRIAN cuando estuvieron en el poder; eso sí, con programas mejor diseñados que no solo regalaban dinero a la gente sino que generaban corresponsabilidad condicionando los recursos a quienes cumplían, por ejemplo, con enviar a sus hijos a la escuela. Además eran programas con metas y objetivos medibles, reglas de operación y vigilancia, algo de lo que carecen las actuales políticas sociales.
Lo que es un hecho es que pese a que el PRI es el padre del clientelismo electoral nada de eso le sirvió en las elecciones de 2018, porque los programas sociales no votan sino la gente de carne y hueso que asiste a las urnas esperando recibir algo de quien le está pidiendo su voto.
Habrá que preguntarnos si Morena tiene la maquinaria para capitalizar el clientelismo que hoy se procura con el nuevo asistencialismo social de la 4T.
Maromas electorales
Y en otros temas qué les parecen las maromas que tuvo que hacer el recién ungido presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), José Luis Vargas Valdez, quien consideró excesivo el anunciado 5.2% de irregularidades encontradas en las aportaciones hechas a México Libre, por lo cual le negó el registro como partido político, pero le pareció una minucia aquel 25.6% de irregularidades detectadas en las donaciones a Fuerza Social por México y aquel 22.47% detectado en el Partido Encuentro Solidario. Ver para creer.
Estilo mata carita...
Ya por último están duros los cocolazos entre Manuel Bartlett, director de la CFE, y el gobernador de Tabasco, Adán López Hernández, por el desfogue de la presa Peñitas que terminó por inundar la planicie tabasqueña.
El primero se burló de la denuncia que supuestamente interpondrá el tabasqueño y este último llamó al primero torpe, irresponsable, de negligencia criminal. ¿En qué irá a parar el asunto?