CAMBIO DE PARADIGMA

“Reflexionar sobre la errónea idea de que aumentar las penas inhibe los delitos”.

Lourdes Mendoza
Columnas
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Tres años tuvieron que pasar para que Rosario Robles saliera de la cárcel para enfrentar su proceso judicial en libertad, como debió ser desde un principio, antes de que se le recluyera injustamente por un delito que no está tipificado como grave.

Pero aun después del infierno que vivió ha preferido hablar no de su experiencia particular sino del injusto sistema penitenciario mexicano, del que ella misma fue víctima y que la llevó a sufrir en carne propia la obsolescencia y las arbitrariedades que padecen otras miles de mujeres que no logran obtener el beneficio que ella sí obtuvo hasta tres años después de su reclusión.

Llama a reflexionar sobre lo que significa que a las personas en prisión preventiva se les tenga en una cárcel, violando su presunción de inocencia.

Aunque la ley establece que la prisión preventiva es una excepción, en la práctica en nuestro país primero se encarcela y después se investiga, como le sucedió a Robles y a otras miles de personas que después de años salen absueltas, aunque ya nadie reparará el daño que se les ha hecho y que ella misma padeció.

Rosario también llama a reflexionar sobre la errónea idea de que aumentando las penas se inhiben los delitos. Lo cual asegura que es totalmente falso, pues solo basta revisar las cifras de incidencia delictiva para concluir que esta no es la solución.

Sugiere un cambio total de paradigma en la administración de la justicia, puesto que existen datos contundentes como que 70% de las personas en reclusión sufrieron trastorno de déficit de atención, lo cual Rosario considera que obliga a replantear la equivocada idea de que la pobreza es un factor determinante en la mayoría de los casos.

“Rosarios hay muchas y hay que conseguir su libertad”, refiere contundente luego de tres años de padecer el infierno de la reclusión en México.

Caen por su propio peso

Pero si hay quienes como Rosario luchan por salir, hay otros que parece que quieren entrar, como es el caso de Simón Levy, puesto que un juez de la Ciudad de México emitió una orden de aprehensión en su contra por el delito de “responsabilidad de los directores corresponsables de obra” en agravio de tres personas.

Este es el mismo personaje al que apenas en noviembre de 2021 se le vio en un video pateando la puerta de Emma Yolanda Santos, mujer de la tercera edad que le ganó una demanda por 1.5 millones de dólares.

Todo termina por caer por su propio peso. ¿Será que hoy se ofrecen 500 dólares, pero por el paradero de este señor? Es de verdad de pena ajena la prepotencia de este personaje que quedó exhibida en redes sociales y por la que afortunadamente tendrá que rendir cuentas. Al tiempo.

Estilo mata carita

Y solo para no dejarlo pasar, qué tal la frase del exprocurador Jesús Murillo Karam, quien le dice al agente de la FGR encargado de detenerlo hace unos días por el caso Ayotzinapa que su aprehensión no es en sí un acto “penoso, sino político”. No podría nadie resumirlo mejor, ¿no cree usted, amable lector?