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“Una vez más se le cayó el sistema”.

Lourdes Mendoza
Columnas
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Pues les cuento que hace dos sábados Manuel Bartlett, el director de CFE, y su mujer, Julia —que no es su mujer—, comieron en el restaurante Arturo’s en mesa casi a la entrada.

El lugar estaba lleno y nadie dijo nada, hasta que pidió la cuenta y le empezaron a gritar muchísimos comensales: “rateros”, “corruptos”, “ladrón”, “vendepatrias”, hasta que tuvieron que salirse.

Bartlett encaminó como pudo a Julia hacia la camioneta en que llegaron, pero la mujer se puso brava; se soltó, bajó del auto y regresó a la mesa de sus detractores a decirles hasta de lo que se iban a morir.

Bartlett volvió a entrar y agarró una servilleta (como para pegarle a alguien o no sé para qué) y trató de sacarla.

En tanto, la gritadera contra Julia y el también llamado zar inmobiliario no paraba. Fue hasta que entró el guarura y, casi cargada, sacaron a Julia a la fuerza y la metieron a la camioneta. Una vez más ¡se le cayó el sistema a don Manuel!

Los señalamientos contra Bartlett afirman que a través de familiares, empresas y prestanombres se hizo de un presunto imperio inmobiliario de 25 propiedades con un valor de 800 millones de pesos.

Curiosamente, a partir de ello los inmuebles registrados a nombre de Julia Abdala y de los hijos con Manuel Bartlett comenzaron a multiplicarse.

Aunque desde hace casi 20 años son pareja, en su momento y a partir de estas investigaciones Bartlett negó tener algún “vínculo jurídico” con Abdala. Así las cosas.

Más escándalos

Y para seguir en la misma sintonía cuatroteísta, ahora resulta que Carlos Morán, el exdirector del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), quien dejó un desastre durante su administración y a quien le debemos que el país esté en la deplorable categoría 2 en seguridad aérea, ya busca regresar a la Dirección General de Educación Tecnológica e Industrial (DGETI), donde estuvo de 2013 a 2018.

Y como el que es perico donde quiera es verde, pues también en esta dirección se encargó de llevar a ese subsistema educativo a sus más bajos indicadores de eficiencia, además de haber sido suspendido durante 90 días por negligencia administrativa.

Pero en su regreso no la tiene fácil, porque el cargo lo ocupa Rafael Sánchez Andrade, quien como es de esperarse no quiere soltar el hueso y ya busca el apoyo de coordinadores estatales para iniciar acciones de “resistencia”.

Tampoco crean que la gestión de Sánchez Andrade es miel sobre hojuelas: hay maestros que lo señalan por presuntamente asignarles plazas a sus amigos, además de supuestas irregularidades que se han expuesto en las mañaneras.

Ahora que le tocará defender su cargo contra Carlos Morán habrá que esperar a ver de qué cuero sale más corrupción, perdón, correas.

Estilo mata carita

Para rematar, resulta que por ahí circula un documento en el que se exhibe que autoridades capitalinas pagan más de medio millón de pesos a tuiteros para defenderlos en redes. Y eso que aún no empiezan las campañas de 2024.