CUANDO EL RÍO SUENA…

Lourdes Mendoza
Columnas
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En Nayarit el río viene sonando no de ahorita que trascendió que la Unidad de Inteligencia Financiera investiga al actual gobernador, Antonio Echevarría, sino desdenantes.

Fíjese usted que por lo menos desde 2017 lo vinculan con el narcotráfico. En ese año se filtró un audio en el que se escucha a su padre, Antonio Echevarría Domínguez, presumirle a su exnovia, Verónica Becerra, que su hijo se allegaba dinero ilícito para su campaña a la gubernatura.

Toño va a ser candidato. Anda buscando narcos para la campaña. Ya viene lana, ya viene la lana para seguir en la campaña (…)”, se escucha en la grabación.

También en 2017 el entonces dirigente del PRI, Enrique Ochoa, dio a conocer material en el que Antonio Echevarría apoya a Édgar Veytia Cambero, exfiscal del gobierno nayarita detenido en Estados Unidos y condenado a 20 años de prisión por conspirar para fabricar y distribuir heroína, cocaína, metanfetaminas y marihuana.

En ese material se le escucha decir al hoy gobernador: “Yo siento un Nayarit cambiado; un Nayarit con certidumbre; un Nayarit con seguridad; un Nayarit donde nos da confianza la nueva fiscalía que se creó con el licenciado Veytia”.

Y si no es suficiente todo ese ruido qué le parece la balacera que en 2019 se suscitó en un restaurante de Zapopan, donde los atacantes dispararon contra el supuesto jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación, la misma persona que se encargaba en ese momento de la seguridad de la esposa del gobernador Echevarría y de sus hijos mientras comían en ese lugar. A eso súmele que tiene quebrado al estado. Fuerte, ¿no?

Las mentiras de Lozoya

Pero igual de fuerte es el hecho de que a Emilio Lozoya se le hace bolas el engrudo ya que sus espectaculares denuncias (nótese mi sarcasmo) nomás no cuadran ni en tiempo ni en lógica.

Según su declaración el exdirector de Pemex entregó a partir del 1 de diciembre de 2013, a solicitud de Enrique Peña y Luis Videgaray, 80 millones de pesos en sobornos a legisladores para aprobar la reforma energética.

Sin embargo la referida reforma se aprobó el 11 de octubre de 2013, dos meses antes del pago de los sobornos. Si así fue ¿dónde estuvo la extorsión a la que alude Lozoya?

Además la denuncia de Lozoya implica que los involucrados en la reforma son traidores a la patria por supuestamente haber entregado a Odebrecht la soberanía energética del país a cambio de 10.5 millones de dólares. Cómo puede ser esto si la reforma obliga a licitar contratos para explotación de hidrocarburos y creó órganos autónomos para regular la industria. ¿Tiene esto lógica?

Estilo mata carita...

Ya para terminar qué les parece que en dos años la secretaria de Energía, Rocío Nahle, no se ha presentado una sola vez a comparecer ante la Cámara de Diputados, donde sus aliados pospusieron recientemente la cita que tenía la funcionaria ante el pleno de la cámara baja. ¿No se supone que en la 4T todo es transparente y con rendición de cuentas?