Nadie habría apostado por que Morena, el partido que llevó al poder al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, se perfile a enfrentar las elecciones de 2021, las más importantes en la historia de México, con un dirigente de formación neoliberal, egresado del ITAM, como lo es Mario Delgado.
Porque a estas alturas nadie puede llamarse sorprendido de la ascendencia fifí del nuevo dirigente morenista, quien no solo estudió en el “neoporfirista” ITAM sino que hizo además una maestría en Inglaterra y envía a estudiar a sus hijos al extranjero.
Son sus propios compañeros de partido quienes lo descalifican por su trayectoria alejada de las causas que ha abanderado la izquierda en este país. Por si fuera poco es él quien tendrá que poner los cimientos de un verdadero partido político porque —seamos honestos— el Movimiento Regeneración Nacional no ha dejado de ser justo eso: un movimiento que fue muy útil para ganar la Presidencia de México en 2018, pero nada asegura que pueda conservar su talante ganador en unos comicios que serán diametralmente distintos, ya sin la figura de Andrés Manuel en las boletas.
Las elecciones locales son muy distintas de una elección federal y las estadísticas de los últimos años establecen que en más de 60% de los casos estos procesos son ganados por la oposición.
El gran dilema es si Mario Delgado será en verdad quien ocupe el trono de dirigente morenista o alguien más estará tomando las decisiones importantes. Solo el tiempo lo dirá.
Suciedad bajo el tapete
Y qué les pareció la comparecencia de la titular de la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, a quien no le fue nada bien y terminó recibiendo un tapete de mano de la diputada panista Josefina Salazar Báez, el cual supuestamente representa el encubrimiento de la corrupción al interior de la 4T.
No solo le recordaron los escándalos de Manuel Bartlett al frente de la CFE y su inexplicable enriquecimiento; también le echaron en cara que la reciente evaluación de lavado de dinero en México identificó como un riesgo alto de corrupción las compras hechas por el gobierno federal relacionadas con el Covid-19, es decir, “a río revuelto, ganancia de proveedores y compradores afines al gobierno”, según las propias palabras de la panista.
Estilo mata carita...
A todo lo anterior hay que sumarle el más reciente escándalo de Raúl Bermúdez, responsable del Tramo 5 del Tren Maya y delegado del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en Cancún, quien tuvo que pedir disculpas públicas luego de que se dio a conocer un audio en el que amenaza con cerrar el fraccionamiento Isla Dorada, en la zona hotelera de Cancún, por no dejarle usar el gimnasio del condominio fifí en el que habita, ante las restricciones impuestas por la pandemia.
Las malas lenguas dicen que fue el propio Rogelio Jiménez Pons, director general de Fonatur, quien lo obligó y hasta le dictó la carta ya que son muchas las quejas de prepotencia y altanería de este funcionario.