Qué pensarían ustedes de alguien que ha estado preso casi un año, acusado de desvío de recursos públicos, pero pese a todo y gracias a sus enjuagues políticos llega a la gubernatura de San Luis Potosí. Pues no hay que imaginar mucho: el actual gober de esa entidad es el personaje que les he descrito: Ricardo Gallardo, ni más ni menos.
Aunque no ha sido sentenciado por los delitos de delincuencia organizada y uso de recursos de procedencia ilícita, actualmente su calidad jurídica debería ser la de procesado, ya que nunca se le declaró inocente.
Un juez le otorgó un amparo, pero no para exonerarlo sino para que el delito por el que había sido procesado se reconfigurase a peculado por el desvío de 209 millones de pesos del municipio de Soledad.
Asimismo, existe constancia de más de una docena de denuncias penales en su contra, pero ninguna de las fiscalías, ni estatal ni federal, ha hecho absolutamente nada para detener la corrupción de Gallardo y su padre.
La propia Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) presentó en 2020 una denuncia ante la FGR en la que acusa a los Gallardo (padre e hijo y otros familiares y cómplices, así como a 20 personas morales) de desviar 724.6 millones de pesos del erario. Muchas empresas involucradas en ese desfalco hoy siguen haciendo negocios con el gobierno de San Luis Potosí. Así la impunidad galopante.
Un país enjuiciado
La nota de ocho columnas esta semana es el veredicto de culpabilidad contra el exsecretario de Seguridad Pública en el juicio que se le llevó en Estados Unidos.
No se presentó una sola prueba contundente sino testimonios de delincuentes confesos que bien podrían estar buscando algún beneficio a cambio de decir lo que dijeron. Pero “haiga sido como haiga sido” el precedente que se sienta con esta condena es inédito, al ser el funcionario de mayor rango del gobierno de México en ser encontrado culpable en una corte estadunidense.
Esto me lleva a pensar en un viejo refrán que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Lo digo porque hace pocos días la directora de la Administración de Control de Drogas de EU (DEA), Anne Milgram, comentó que México no está haciendo su labor en el combate a las drogas.
Es decir, el juicio no solo fue contra Genaro García Luna, sino contra todo el Estado mexicano, contra lo que se hace y se deja de hacer en esta materia. ¿Quién será el siguiente en ocupar el banquillo de los acusados?
Estilo mata carita
En más de nuestro México, ambientalistas de Sélvame del Tren documentan el desastre ecológico que es el Tren Maya para la selva de Quintana Roo. Pepe Tiburón, uno de los promotores de los amparos contra este ecocidio, posteó imágenes del relleno de un cenote a un costado del trazo de la vía. Las implicaciones son brutales por la afectación al sistema de ríos subterráneos y los captadores naturales de agua de lluvia para toda la región.