Luego de un año de pandemia en México no hay estrategia ni de contención epidémica ni de vacunación ni de absolutamente nada. El colmo del absurdo es el registro en línea para adultos mayores que desde el día 1 ya empezó funcionando mal.
Aún si resuelven los problemas de saturación que provoca el elevado número de personas que buscan registrarse para obtener la vacuna el sistema no fija una fecha específica para recibir el medicamento.
El registro solo sirve para que el gobierno elabore listados y organice a las personas por rango de edad y determine la fecha en que le tocará a cada una recibir la vacuna. El gobierno deberá ponerse en contacto con usted para indicarle día, lugar y horario en que debe acudir a inmunizarse, pero si pasa el tiempo y no lo llaman puede volver al sitio de registro en línea a interponer una queja.
¿Le parece a usted que sea un método práctico?
¿Y dónde quedaron los siervos de la nación? ¿No acaso iban a ser ellos los que acudirían casa por casa para contactar a los adultos mayores?
¿Qué utilidad, que no sea electoral, tuvo ir a vacunar primero a los maestros de Campeche?
Parece que van de ocurrencia en ocurrencia y aunque parece un mal chiste todo eso se traduce en que México es ya el tercer país a escala mundial con el mayor número de muertos y uno de los peores en el manejo de la pandemia.
Más trapitos de Lozoya
Y qué me dicen de los nuevos trapitos al sol que Mexicanos contra la Corrupción y el diario El País le sacan a Emilio Lozoya Austin, el testigo estrella de la 4T.
El susodicho habría recibido entre 2010 y 2013 sobornos por alrededor de cinco millones dólares por parte de empresas ligadas a OHL, firma de origen español que se benefició con millonarios contratos y concesiones bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Están documentadas al menos 22 transferencias a cuentas bancarias de Lozoya Austin mediante la empresa fachada Tochos Holding Limited, la cual según la Fiscalía General de la República era utilizada para encubrir los sobornos de Odebrecht y de Altos Hornos y para adquirir dos residencias del exdirector de Pemex en la zona de las Lomas, en la Ciudad de México, y en el balneario de Ixtapa, en Guerrero.
Sin embargo el caso no avanza. La FGR no parece tener prisa en el caso, pero mientras tanto el señor tan campante y en plena libertad.
Estilo mata carita...
A diferencia de Lozoya los que sí andan preocupados son los empresarios restauranteros de la CDMX y el Estado de México, quienes a estas horas ya deben haber superado las 200 mil firmas en su petición #AbrimosOMorimos, mediante la cual piden al gobierno que los tome en cuenta para permitir la operación de negocios mediante estrictas medidas de higiene o de lo contrario corren el riesgo de cerrar en definitiva más de 20 mil negocios en el Valle de México. ¿Será que Claudia Sheinbaum algún día los escuche?